Rayón, Méx.— Con una sonrisa, orgullo y emoción, incluso con algunas lágrimas, salieron de la zona militar en Rayón, municipio de Toluca, 11 de los 15 médicos privados —todos de Nezahualcóyotl— luego de ser vacunados contra el Covid-19, tras haber ganado un amparo que obligó a inmunizar a este grupo de especialistas.
Para Sarahí Hernández Pacheco, de 56 años de edad y 29 de servicio, y quien promovió esta acción legal: “Los tiempos legales son perfectos”.
En entrevista con El UNIVERSAL, la presidenta de la Sociedad Médica Tepahtiani Nezahualcóyotl, propietaria de una clínica en dicho municipio, dijo que no puede más que invitar a otros médicos privados a seguir este camino legal, para que sean respetados sus derechos y pongan a salvo su vida.
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Acompañada por su madre, la doctora en medicina general, María Pacheco, de 84 años, Sarahí dijo que este es el momento que ha marcado su vida, pues si bien debieron ser pacientes y transitar por un largo camino legal, “logramos hacer valer nuestros derechos ante una autoridad discriminatoria que se olvida de que hemos arriesgado la vida en la pandemia”.
Ella es una de los 11 trabajadores de la clínica, que dirige desde hace 10 años, que obtuvieron una resolución a su favor por parte del Segundo Tribunal Colegiado del Segundo Circuito para ser vacunados contra el Covid-19, ya que no estaban considerados en el Plan Nacional de Vacunación.
José Luis Carrión Van Rijn, director del Corporativo en Derecho Especializado (Coderes) precisó que, de un total de siete amparos, cuatro tienen una suspensión de plano, y el resto se resolverá en una audiencia constitucional citada para el 28 de abril, es decir, en esa fecha sabrán si autorizan las vacunas para 129 personas incluidas en este proceso judicial.
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Este grupo de trabajadores, entre quienes se encuentran una persona de intendencia y otros administrativos, salieron desde Nezahualcóyotl, y luego de un viaje de tres horas, fueron inyectados. Para todos la espera de 20 minutos tras recibir la inyección, “supieron a gloria”.
Sarahí dijo que inició este camino legal porque enfrentaron la muerte de más de 100 médicos en la zona, así como familiares de ellos, pero pese a que llegaron las vacunas “no había esperanza para recibirla y con el gobierno federal no pudieron dialogar, y el gobernador Alfredo del Mazo Maza respondió que teníamos que esperar a nuestro turno, mientras que en la Comisión de los Derechos Humanos estatal fue la misma respuesta”.
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La también catedrática de la UNAM dijo que su mamá se contagió del virus porque dio atención a pacientes infectados.
Por lo que junto con Coderes apostaron a esta vía, que “gracias a Dios logramos”, porque en la clínica no han dejado de trabajar, e incluso, han apoyado a los hospitales con material como caretas, cubrebocas y otros.