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Desde que se subió al auto, Lucía notó algo raro en el conductor que la recogió en el poniente de la Ciudad de México hacia su casa en Ecatepec , en el Estado de México . Como muchas mujeres en México fue acompañada a tomar el Uber, corroboró que las placas eran las mismas NDF8970 y compartió su viaje con dos contactos.
Lo primero que el conductor, de nombre Gerardo, le preguntó fue si seguía la ruta o si mejor seguían otro camino que era más rápido. Lucía cuenta a EL UNIVERSAL que la ruta que marcaba era por la Vía Morelos, pero el chofer insistía en tomar la de la autopista México-Pachuca, ella se negó y le pidió seguir la que marcaba la aplicación.
“Todo normal, pero noté que no tenía el estabilizador de celular en el tablero para que puedas ir viendo tu ruta, lo tenía en el asiento de copiloto y luego lo puso en su pierna, y yo veía que hacía movimiento de estar mensajeando. Incluso me recorrí en medio para ver su celular, se molestó y lo ocultó. Seguimos avanzando, pero cuando llegamos al entronque de Vía Morelos con la autopista México-Pachuca no tomó la ruta recomendada, me alerté”, cuenta Lucía quien se dice afortunada por seguir su instinto.
Lucía le preguntó al chofer si no marcaba el viaje por el otro lado. “No, vamos marcando como dice la ruta”, le respondió. Mientras Lucía sentía un sudor helado y una alerta de que algo no estaba bien, uno de los contactos a quien le compartió el viaje le avisó que el chofer ya lo había finalizado. Supuestamente ella ya había llegado a su destino, pero no era así.
En ese momento el chofer se formaba en la caseta de la México-Pachuca y le pidió el efectivo para pagar el peaje, supuestamente su tag no servía. Lucía le dijo que se iba a bajar. Él siempre se mantuvo serio y tranquilo.
“En ese momento pensé: si yo paso la autopista hay muchas de salidas para todos lados. Decidí bajarme aunque en ningún momento se portó grosero, siempre estuvo muy calmado, y cuando le dije aquí me bajo, respondió que se orillaba, pero no se detenía, abrí la puerta y me bajé en la autopista mientras avanzaba . Él aceleró, nunca paró”.
Lucía está segura que gracias a que siguió su instinto está a salvo. Caminó entre los pocos autos que estaban en la autopista la tarde de este domingo. Mientras se concentraba en calmar el temblor de sus manos le marcó a sus dos contactos y habló con un guardia de la caseta.
“Me acabo de bajar de un Uber que me llevaba a otro lado, ¿cómo llego a la Vía Morelos?, le pregunté. Ni se inmutó y me dio las indicaciones. Seguí el camino que el señor me dijo, estaba muy feo, realmente no hay banqueta ni paso peatonal, no había muchos carros, pero al ser temprano pude cruzar la avenida y un puente para ir en dirección hacia donde iba”.
Lucía finalmente tomó una combi sobre la Vía Morelos en Ecatepec , algo que es sumamente peligroso por los asaltos a mano armada que hay en ese municipio. Por esa razón, para sentirse más segura, había decidido regresar a su casa en Uber.
Lucía no puede asegurar que el conductor que aparece en la aplicación fuera el mismo que la llevaba, porque traía cubrebocas, sin embargo, sí era el auto con las mismas placas que la plataforma le mostraba. Denunció en la aplicación e intentó hacerlo al 911, pero nunca respondieron.
“Aunque sea por sobrerreaccionar, no están las cosas para decir todo está bien, no pasa nada y exponerte. Me bajé del Uber porque leí algo similar en Facebook. Vi un post parecido antes y es en lo que iba pensando mientras iba en camino y sentía mala vibra o incomodidad, algo me decía que no estaba bien”.
ml