A 10 años de que se aprobó el matrimonio igualitario en la Ciudad de México, la explanada del Registro Civil congregó a 140 parejas del mismo sexo que contrajeron nupcias en la primera boda comunitaria.
Sentados debajo de una carpa, las parejas entregaron sus votos, dieron anillos de compromiso y besaron a su pareja a pesar de las medidas por el coronavirus.
Una jueza fue la encargada de la ceremonia y de hacerles saber a los matrimonios los derechos que contraen, mientras que el director general de Registro Civil, Manuel Becerra García, dijo que a una década de la aprobación del matrimonio igualitario —21 de diciembre de 2010— se han llevado a cabo 12 mil 944 matrimonios del mismo género: 6 mil 934 han sido entre hombres y 6 mil 60 entre mujeres.
María del Carmen y Aidé Estrada fueron una de las parejas que ayer contrajo nupcias, para lo que esperaron 10 años. Ambas habían pensado en casarse, y al enterarse de la primera boda comunitaria, decidieron que era el momento.
Formada para recibir su acta de matrimonio, María del Carmen comentó que a ella y a su pareja las esperaba una fiesta con toda su familia, pues “es un gran paso para nosotras y para toda la comunidad”.
“Todavía falta mucho para que la gente deje de ser ignorante. La familia siempre será tu familia y te va a apoyar, pero en lo laboral falta un poquito más de educación. No todos son iguales, claro”, mencionó.
Al término del evento, el director Manuel Becerra dijo que ésta es la primera boda colectiva para parejas del mismo sexo y expresó que de igual forma cuentan con un amplio registro de divorcios entre matrimonios igualitarios.
Cambio de género
En el evento se hizo entrega de 31 actas de cambio de género. Becerra García recordó que se han registrado mil 636 del sexo femenino al masculino y 3 mil 122 de masculino a femenino.
Maximiliano Garnica es un hombre trans que consiguió su acta de nacimiento con cambio de género, lo que abre su camino para que en menos de una semana inicie su proceso hormonal con testosterona.
“Yo estoy muy seguro de lo que soy y de lo que quiero, entonces ya quería hacer todo el proceso de cambio de género. Lo que sigue es que todo mi entorno comience a llamarme Max. Ése es mi nombre”, dijo.
Expresó que desde siempre supo que era hombre y su familia lo apoyó. Maximiliano no puede ocultar la alegría en su rostro cuando come el pastel que le dieron para unirse a los festejos por la diversidad.