Con una rosa roja, Gabriel Santos García se despidió de su hija Marlén Santos Rodríguez, de 20 años de edad, quien murió el pasado sábado a causa del derrumbe de la vecindad en la que vivía tras una explosión de gas LP en la colonia Pensil, en la alcaldía de Miguel Hidalgo.
Entre porras y flores, familiares y amigos le dieron el último adiós en el Panteón Sanc- torum. A decir de su padre, la joven será recordada como una mujer “alegre y feliz”.
“Marlén era una muchacha simpática. Todos la vamos a recordar así como era. Se daba a querer. Era feliz. Le gustaba ir a trabajar, a veces no quería, pero al final de cuentas se levantaba porque decía: ‘Si no voy me van a descontar, y a mí no me gusta que me descuenten’”, contó su papá.
“Comía, se arreglaba y se iba con sus amigos. Estaba un rato, y decía: ‘Ya regresé, papá’. No me podía dormir porque la estaba esperando”, aseguró el señor.
Cerca de las 15:30 horas, el cuerpo de Marlén, quien era afanadora, partió rumbo al camposanto, donde descansan ya sus restos. Dos camiones y vehículos particulares trasladaron a sus familiares y amistades que la acompañaron en el funeral.
Un vecino prestó su hogar para que familiares realizaran el velorio de la joven.
Mientras se desarrollaba el funeral, familias afectadas por la explosión hacían fila para recibir algunos víveres que la Cruz Roja entregó como apoyo; otros valoraban si pasarían una noche más en el albergue que el gobierno capitalino dispuso para los damnificados, o si se trasladaban con familiares o amigos.
Incluso, mencionaron el encuentro que hoy lunes sostendrán en el Instituto de Vivienda de la capital para definir su situación por la pérdida de sus hogares en el incidente.
Antonio Hernández, tío de Gabriel Santos García, padre de la joven fallecida, dijo a EL UNIVERSAL que el fuerte olor a gas despertó a Marlén y a su padre el sábado pasado, quienes se apresuraron a salir de su domicilio; sin embargo, ella regresó al inmueble en búsqueda de sus llaves y celular, y fue cuando se registró la explosión, “ella quedó debajo de los escombros”.
Los dos tanques de gas que estaban picados, y que fueron los causantes de la explosión, no sólo le arrebataron la vida a la joven de 20 años, sino que generaron una tragedia familiar, pues el tío del padre de Marlén, José Antonio Santos Ávila, de 82 de edad, se encuentra en el hospital Rubén Leñero y presenta quemaduras de primer a tercer grado en todo el cuerpo. Se reporta estable, pero intubado.
En la vecindad además de Marlén también habitaban sus tíos y sobrinos, quienes hoy no tienen un hogar, por lo que recibirán la ayuda económica que el gobierno local les otorgue para el pago de renta, mientras se reconstruyen sus casas.
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