A las 13:04 horas del 19 de Septiembre 2022 , se registró un temblor de magnitud 7.7 con epicentro en Michoacán . El mismo día en que ocurrieron los sismos de 2017 y de 1985 , que devastaron a la Ciudad de México.
Horas después del terremoto, el Servicio Sismológico Nacional de la UNAM explicó que los mexicanos deben estar preparados siempre. "México es una zona sísmica y debemos estar preparados permanentemente, todo el año, para actuar ante un #Sismo. Estos pueden ocurrir con alta magnitud en cualquier momento: @SismologicoMx de la UNAM".
El Servicio Geológico Mexicano divide a México en cuatro zonas sísmicas, utilizándose los catálogos de sismos del país desde inicios de siglo.
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La zona A es una zona donde no se tienen registros históricos de sismos, no se han reportado sismos en los últimos 80 años y no se esperan aceleraciones del suelo mayores a un 10% de la aceleración de la gravedad a causa de temblores.
Las zonas B y C son zonas intermedias, donde se registran sismos no tan frecuentemente o son zonas afectadas por altas aceleraciones pero que no sobrepasan el 70% de la aceleración del suelo.
La zona D es una zona donde se han reportado grandes sismos históricos, donde la ocurrencia de sismos es muy frecuente y las aceleraciones del suelo pueden sobrepasar el 70% de la aceleración de la gravedad.
Los sismos del 19S de 1985 y de 2022 han tenido epicentro en Michoacán, mientras que el del 2017 provino de Puebla. Sin embargo, todos han tenido impacto en la CDMX. Pero, ¿por qué?
La Ciudad de México se ubica en la parte central del territorio mexicano, en la denominada “Cuenca del Valle de México”, en la que se han establecido asentamientos humanos desde hace más de 2000 años. Debido a las características particulares de la Cuenca (rodeada de sierras y volcanes, y con cinco lagos en su interior) a lo largo del tiempo se han presentado fenómenos naturales, que afectaron el desarrollo de las poblaciones, como erupciones volcánicas, inundaciones y terremotos
Uno de los fenómenos naturales que más daños ha causado en la Ciudad de México desde la época prehispánica son los terremotos. "Debido a los suelos lacustres del Valle de México, el movimiento del terreno y el tiempo de duración del sismo se amplifican teniendo una mayor probabilidad de que las construcciones sufran daños severos por los terremotos", dice la última actualización de la zonificación sísmica de la Ciudad de México y áreas aledañas parte norte, creada por el Instituto de Ingenieria de la UNAM.
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El Servicio Geológico Mexicano indica que "la Ciudad de México, aunque no se encuentre sobre la costa, se ha convertido en el receptor sísmico de todos ellos debido a que se encuentra lo suficientemente cercana para experimentar sus efectos y, la causa de que estos sean más dañinos en esta zona que en otros lugares, radica entre otras cosas en la naturaleza de su terreno ya que fue fincada en lo que fuera un lago, generando gran preocupación".
Aunque la Ciudad de México se encuentra ubicada en la zona B, debido a las condiciones del subsuelo del Valle de México, se puede tratar como una zona sísmica en la que se distinguen tres zonas de acuerdo al tipo de suelo:
Zona I, firme o de lomas: localizada en las partes más altas de la cuenca del valle, está formada por suelos de alta resistencia y poco compresibles.
Zona II o de transición: presenta características intermedias entre la Zonas I y III.
Zona III o de Lago: localizada en las regiones donde antiguamente se encontraban lagos (lago de Texcoco, Lago de Xochimilco). El tipo de suelo consiste en depósitos lacustres muy blandos y compresibles con altos contenidos de agua, lo que favorece la amplificación de las ondas sísmicas.
cg