El 10 de mayo es una de las fechas más importantes para las familias mexicanas.
En México, el Día de las Madres es muy especial, particularmente en las escuelas, donde los niños muestran el gran amor que sienten por sus mamás.
Sin embargo, esta dicha no todas las madres pueden sentirla, pues hay mujeres que saben que sólo pueden tener a sus hijos por 6 años.
De acuerdo con el Censo Nacional de Gobierno, Seguridad Pública y Sistema Penitenciario Estatales, publicado por el Inegi, en 2016 había 543 menores de 6 años viviendo con su madre en los centros penitenciarios en el país.
Una de las situaciones más triste para ambas partes es que, al cumplir 6 años, niñas y niños tienen que salir de los centro de reclusión.
Si tienen familiares, irán con ellos, si no, se integrarán a un albergue del gobierno.
La Subsecretaría del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México indicó que el 12% de las mujeres internas no tienen registrado familiar alguno en su ‘kardex’ para autorizar visitas. No obstante, el 70% de ellas no recibe visitas.
En contraste con los más de 36 mil hombres en prisión, de los cuales 9 de cada 10 tienen visita familiar o conyugal frecuente.
“El abandono familiar del que son víctimas las mujeres que han cometido un delito complica sus posibilidades de reinserción social, por ello resulta primordial terminar con los estigmas sociales que las aíslan tanto en prisión como una vez que recuperan su libertad”, destacó Jimena Cándano, directora general de Fundación Reintegra .
De acuerdo con Cándano, es un tema muy sensible, ya que muchas de estas mujeres tienen varias historias complicadas jurídicamente.
"Como mujer y mamá te pega mucho más saber varias historias de terror que viven varias de las internas, sobre todo por el abandono que sufren y el daño que estas situaciones le hacen a sus hijos”, explicó.
“En muchas ocasiones no hay una red familiar (de apoyo), lo que hace que al llegar el momento de la separación, ésta se vuelva muy complicada y dolorosa".
¿Cómo enfrentan las mujeres la separación de sus hijos?
"Ese momento es muy delicado, pues cuando el niño es un bebé se llegan a preguntar ¿dónde estará mejor mi hijo? Y piensas varias alternativas, pero cuando los niños crecen con ellas se dan cuenta que el penal no es un ambiente ideal para ellos, pero a la vez los quieren con ellas, pues son su soporte ante la situación que viven".
Es por ello que cuando llega el momento de la separación y tienen familiares que se harán cargo de sus hijos, tienen la esperanza de que los pequeños podrán visitarlas y verlos crecer.
En caso de que no tengan a nadie, los niños podrían ir al DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia) o bien a alguna fundación.
En el caso específico del DIF, es probable que los niños no vean más a su mamá hasta los 18 años, edad en que ellos salen del albergue, pues en su gran mayoría este tipo de Instituciones no tiene los recursos para llevarlos de visita con su mamá.
“En caso de estar en alguna fundación, la situación puede cambiar y los niños pueden visitar a sus madres," señaló Cándano.
Las separaciones suelen ser muy duras, por lo que Jimena reveló que es necesario tener más psicólogos en los Centros Penitenciarios.
"Antes y después de la separación es importante trabajar tanto con la madre como con el hijo este tema, ya que a los niños no se les puede generar expectativas grandes como el que van a estar mejor sin su mamá, ya que ésta siempre les va a ser falta.
“Mientras que para las mamás la situación también es dura, pues saben que tendrán un nido vacío y, por desgracia, hay pocos centros que tienen psicólogos que las apoyen. No hay programas de apoyo en este tema y debemos recordar que la primera infancia es lo que te marca para el resto de la vida”.
Es bien importante trabajar con ellos, continuó, para que por más dolorosa que sea la separación los niños tengan un futuro más brillante.
En este rubro, la especialista habló sobrte qué sucede con los niños cuyas madres pasarán varios años en la cárcel.
"Hay fundaciones que tienen hasta los 18 años, así como el DIF, pero por desgracia estos niños no son adoptables, ya que sus madres aún en la cárcel tienen su patria potestad", refirió Cándano.
“Esta situación los vuelve muy vulnerables. Desafortunadamente, nadie nos enseña a ser madre y el mismo daño le haces a tu hijo si eres una mamá sobreprotectora o abandonadora, y en eso es en lo que tenemos que trabajar".
Jimena Cándano exhortó a la sociedad a poner su granito de arena, pues todas las fundaciones tienen necesidades y requieren ser apoyadas por diferentes talentos.
Actualmente, Fundación Reintegra se ha encargado exitosamente dce desarrollar programas y talleres enfocados en la prevención del delito. Dichos talleres se imparten en el Centro de Prevención Comunitaria ubicado en la calle Héroes 59, en la colonia Guerrero, en el centro de la Ciudad de México.