Este 4 de septiembre, la Línea 1 del Metro cumple 53 años y está bajo un proceso total de modernización, pues ya rebasó la vida útil. En el punto de mayor trabajo, 3 mil personas estarán participando en el proceso de rehabilitación de la primera etapa de Pantitlán a Salto del Agua, que deberá estar concluida en febrero de 2023 y dar paso, en marzo del próximo año, a la intervención del tramo de Balderas a Observatorio. Durante las 24 horas del día, la maquinaria no se detiene y más de 250 trabajadores laboran en los túneles de 12 de 20 estaciones que en esta primera fase están siendo intervenidos. Divididos en tres turnos, efectúan el retiro y cambio de balasto, durmientes, rieles y colocación del nuevo sistema de control de trenes, que pasará de la era analógica a la digital.También, cerca de 40 personas son las encargadas de supervisar las obras que ejecuta el consorcio chino CRRC Zhuzhou Locomotive y CRR (Hong Kong) Co. Limited, además de que 800 trabajadores, fuera del Metro, efectúan acciones de ingeniería y logística, como la separación de material, suministro y envío de piezas a la zona de obra y pruebas de calidad y fabricación, entre otras. Con una inversión de 37 mil millones de pesos a pagar en 19 años, la Línea Rosa se moderniza en su totalidad, pues se adquirirán también 29 trenes nuevos y se prevé que las obras concluyan en agosto de 2023.

Para David Escalante, coordinador del proyecto de modernización de la Línea 1, es un orgullo participar en el proceso de rehabilitación, no sólo por ser un medio de movilidad que se mantiene en pie desde hace más de medio siglo, sino por el cambio que sufrirá en sus materiales y operación, donde se busca que el servicio que presta a la población sea mucho mejor.

“Es un trabajo que a todos nos ha generado aprendizaje. Estamos con los mejores especialistas del mundo, pero también les ayudamos mucho a conocer el contexto de la Línea 1. Para mí, es un gran orgullo, es una pasión el Metro y el transporte, y la verdad es que me gusta mucho, todos los días que bajo al túnel, me sorprendo del propio proyecto, y creo que vamos a estar muy contentos todos haciendo esto y finalizando”, platicó a este diario.

Escalante es ingeniero de Transporte por el Instituto Politécnico Nacional (IPN) con 14 años de experiencia, enfocado en planeación e implementación de proyectos de movilidad urbana, con conocimiento en obras realizadas en México, Brasil, Argentina, Colombia, Perú, República Dominicana, Guatemala y Panamá.

Destacó que, aunque la empresa encargada de la obra es de origen chino, tienen personal en México que han participado en obras como el Tren Maya y el ferrocarril del Istmo.

Indicó que en estas labores hay “mucha mano de obra mexicana”, técnicos especializados en maquinaria, corte, con especialidades en ensamble de trenes, ingenieros de vías, electrónicos, mecánicos, logísticos, industriales y administradores; “es un proyecto grande e integral que depende de muchas especialidades”.

“Hay muy buen ánimo. A todos los que participan en este proyecto les apasiona el Metro. El aprendizaje que nos llevamos es la coordinación, cómo hacer obras más eficientes en el futuro, juntar la experiencia y la mano de obra, tecnología de varias disciplinas, al servicio del proyecto y hacerlas coincidir”, refirió.

“Al Metro hay que cuidarlo”

El ingeniero David Reynaga Serrato, subgerente de obras y mantenimiento del Sistema de Transporte Colectivo (STC), donde lleva más de 20 años, dijo que ve al Metro como un hijo suyo, “al que debe cuidar”. “Hay que darle mantenimiento para que opere y pensar siempre en el usuario”.

Destacó que el principal reto de laborar en la modernización de la Línea 1 es el tiempo, ya que tienen plazos y fechas que cumplir.

“Tenemos que cumplir con la ciudadanía en la fecha que tenemos programada y, sobre todo, que la línea salga a operar con seguridad”, precisó.

Aseguró que entre la experiencia que comparten los trabajadores del Metro con las empresas extranjeras encargadas del proyecto es que “algunas están acostumbradas a trabajar en horarios normales, entonces aquí en el Metro laboramos en horarios nocturnos y a todo vapor. Tenemos 24 horas y tenemos que aprovecharlas”.

Sus inicios como trabajador en el Metro datan desde la construcción de las Líneas A, B y 8. David Reynaga compartió con este diario que desde pequeño disfrutó ver las grandes construcciones que se hacían cercanas a su hogar, por lo que hoy participar en la rehabilitación de la Línea Rosa produce “gran emoción”.

Subrayó que siempre se aprende en la vida, y en las labores de la Línea 1 participan grandes empresas chinas de telecomunicaciones y fabricantes de trenes; sin embargo, “se aprende junto con ellos y otros vienen a aprender de nosotros”.

“Aunque ellos saben hacer las cosas, siempre hace falta esa cereza adicional que tiene la experiencia y el conocimiento de la propia red del Metro. Tenemos que estar revisando y cuidando a las empresas, porque no es su casa y nosotros tenemos que cuidar la casa; estar supervisando su trabajo, que sea de calidad y que no haya afectaciones al tramo que sigue operando, de Balderas a Observatorio, porque si se cortan cables que no se deben corta, pues se suspende el ese servicio que está vigente”, dijo.

El ingeniero señaló que fueron tres años de trabajo previo para que llegara el 9 de julio, día en que comenzó la renovación de la Línea Rosa del Metro, “se siente mucho orgullo, porque ya se ven los cambios, los avances y se va viendo cómo está cambiando el túnel poco a poco. Ahorita estamos en el sistema de cambio de vía, pero vienen labores de alumbrado, telecomunicaciones y control de trenes”.

“Si el sistema funciona, mi hijo va a ir seguro”

El coordinador de vías 1 del Metro, David Ramos Tovar, con experiencia de 30 años en el Sistema de Transporte Colectivo (STC), y encargado de las líneas 1, 2, 4 y 5, remarcó que el reto y una de las cosas más importantes de renovar la Línea Rosa será la transición del sistema análogo al digital.

Recordó que inició como ayudante general en el Metro con sólo tener la secundaria; sin embargo, su gusto y pasión lo llevó a continuar con sus estudios, hasta graduarse como ingeniero civil. Hoy participar en la obra de modernización es “importante”, ya que será un parteaguas para la movilidad en nuestro país.

“Después de toda la tecnología análoga que vivimos, que fue buenísima, ahora será digital. Eso nos va a permitir tener menos fallas y que el traslado de los usuarios sea más eficiente y rápido. Ya era tiempo de cambiar todo esto, va a beneficiar a la sociedad en los tiempos de traslado”, refirió a EL UNIVERSAL.

Puntualizó que, a nivel profesional, es un orgullo “haber entrado como ayudante general”, pero actualmente forma parte del grupo de trabajadores que pasará a la historia por la obra de modernización que se realiza en la línea más antigua del Metro.

David Ramos es abuelo y tiene dos hijos, uno de ellos es conductor del Metro en la Línea 2, por lo que garantizar la operatividad del transporte es doblemente importante. “El compromiso es con el pueblo de México. La jefa de Gobierno ha hecho énfasis en que lo hagamos bien; yo,

después de 30 años, sigo aprendiendo, pero además, tengo un hijo que aquí anda también y si la vía está bien, si las estaciones están correctas, el sistema funciona, mi hijo va a estar seguro”.

La supervisión que realiza en el proceso de cambio de la Línea 1 es verificar la colocación correcta de la vía para que el tren no rebote y transite de manera fluida.

“El proyecto es ambicioso, pero se hizo una licitación, ellos [las empresas] vieron a detalle qué es lo que se tiene que hacer y parte de nuestro trabajo es ver que cumplan con lo que se nos prometió, porque esto de realizarse como se debe será una maravilla”, concluyó.