La emergencia sanitaria desatada por el coronavirus (Covid-19), que en abril pasado provocó que 100 mil personas se quedaran sin empleo, afectó a trabajadores de tiendas de conveniencia, del sector restaurantero y hasta a quienes se instalaban afuera de la Catedral Metropolitana.
De las rejas de la Catedral casi desaparecieron los más de 70 plomeros, albañiles y carpinteros que a diario ofertaban su mano de obra.
“La situación es cada día más difícil. En estos dos meses sólo hemos tenido tres clientes, en mi caso, pero en realidad desde principios de año se vio un panorama difícil para los desempleados o los que vivimos al día”, dice a EL UNIVERSAL Félix Hernández, un albañil de 53 años.
Las mochilas con herramienta de construcción y letreros ya no están visibles, salvo cuatro personas que, bajo el rayo del sol, esperan a que les caiga una chamba.
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Félix explica que en una semana ganaba hasta mil 500 pesos, pero ahora no ha tenido ingresos. Lo mismo viven sus compañeros, quienes se fueron a otras alcaldías a pedir trabajo casa por casa.
Con angustia, el plomero Marcelo Candil, de 70 años, considera que su economía se ha desplomado, ya que algunas ferreterías están cerradas por la emergencia, lo que retrasa su trabajo y los pagos.
Para sobrevivir, Félix y Marcelo dicen que han agarrado las despensas que les dan diversas organizaciones, mientras que el Gobierno capitalino les ofreció apoyos económicos para quedarse en casa; lo malo, explican, es que no les alcanza para mantener a sus familias.
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Otra cara de la historia del desempleo es la que vive Brayan, extrabajador de un Oxxo, a quien despidieron a finales de marzo, bajo el argumento de que le robaron diversos productos.
Relata que ha buscado trabajo, pero que en los lugares donde hay vacantes suspendieron las contrataciones. Aun así, comenta que realiza talachas de electricidad para conseguir ingresos, además de que su madre lo apoya.
Su caso fue tomado por la organización Fundación Trabajo Digno, cuya presidenta, Alejandra García Ramírez, revela que desde el inicio de la contingencia a la fecha preparan escritos para iniciar litigios laborales por despido injustificado ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, en rubros como restaurantes, bares y agencias de viaje, pero también en laboratorios médicos.
En el Estado de México el panorama también es poco alentador, César Romero, mesero e impresor de oficio, asegura que la pandemia parece no tener fin.
Mientras recoge una despensa del Banco de Alimentos, en Toluca, relata que sus necesidades económicas lo asfixian más que el coronavirus, pues desde hace tres meses que cerraron salones de fiesta, hoteles y fiestas privadas, se quedó sin un ingreso fijo.
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Revela que ganaban entre 300 y 350 pesos por evento y eran contratados por medio de una agencia, que los asignaba por lo menos a dos eventos por día de jueves a sábado o domingo.
“Ya no veo la luz y tengo la impresión de que no vamos a salir nunca de ésta. Debo renta, luz y agua, apenas nos alcanza para comprar algo de gas y vamos a tener que buscar otro lugar para vivir”, lamenta César.
La Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México dio a conocer que ya entregó 100% de los recursos del programa del Seguro de Desempleo para 2020, beneficiando a 48 mil 801 personas, en sus diferentes modalidades; además, dijo que otorgó 19 mil 368 de los 43 mil 597 apoyos previstos del programa emergente para el desempleo durante la contingencia.
La titular de esta dependencia, Soledad Aragón Martínez, aseguró que la meta que tiene el Gobierno de la capital de la República es apoyar a 92 mil 398 personas, que equivale a 630 millones de pesos del presupuesto durante la contingencia.
***Con información de Salvador Corona, Kevin Ruiz, Claudia González y Eduardo Hernández