Luego de la detención de dos sicarios de 18 años, autores materiales del ataque a la lideresa de ambulantes, Diana Sánchez Barrios, autoridades capitalinas mantienen una línea de investigación que liga a familiares de la víctima y la célula de La Unión Tepito de El Irving.
Fuentes señalaron a EL UNIVERSAL que es una de las principales líneas de investigación debido a las amenazas que la lideresa de ambulantes recibió tres años atrás.
De acuerdo con la información consultada, este círculo familiar fue quien denunció en su momento a la lideresa de ambulantes y mantiene una disputa por controlar el comercio informal en el Centro Histórico.
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La zona operativa del ambulantaje de los familiares se encuentra en la misma área en la que opera La Unión Tepito de El Irving, según la información consultada.
Consta en los reportes de inteligencia policial que los sicarios operan para El Irving, y cuando cometieron el crimen un presunto ambulante identificado como Héctor Moisés alias Moy, fue quien arrojó una sudadera amarilla a Iván Aldair, quien manejaba la moto, cuyo dueño es José Luis Jaimes Peñaloza, quien posiblemente prestó la unidad para que se cometiera el crimen.
El reporte, del cual tiene copia este diario, refiere que parte importante en la investigación para dar con los sicarios fue el seguimiento que se hizo a la joven Shanery, quien mantuvo comunicación desde un mismo número hacia otros de cuatro posibles implicados.
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Shanery realizó una llamada a un contacto identificado como Chapis, a quien las autoridades capitalinas investigan, pues tuvo participación intelectual en el ataque contra la diputada suplente.
Chapis presuntamente es hija de un sujeto al que identifican como El Jarocho.
Shanery fue utilizada por los autores intelectuales como halcón. Estuvo en un local justo en el momento del crimen.
Conversaciones captadas durante la investigación revelaron esto y el traslado que la joven realizó a otra tienda en las inmediaciones de la iglesia de El Carmen luego del ataque.