A cuatro años de implementarse el (RUAC), hasta el pasado mes de diciembre se han inscrito 123 mil 43 perros y gatos que viven en la Ciudad de México; el objetivo es otorgarles una clave única para garantizar la protección de sus derechos, cuando sean víctimas de algún tipo de maltrato, accidente, robo o desaparición; sin embargo, aún hay personas que desconocen su utilidad.

De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) —actualizados en 2020— en la Ciudad de México hay 9.2 millones de habitantes y se estima que hay un millón 571 mil perros y 523 mil 912 gatos en hogares capitalinos, es decir, un perro por cada seis habitantes y un gato por cada 18 personas.

Lo que contrasta con los 91 mil 227 perros y 31 mil 816 gatos inscritos en el RUAC. Autoridades locales prevén que en los siguientes meses se pueda permitir el registro de otras especies no convencionales como hurones, cuyos o ratones, aves, así como tortugas.

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CURP perruno

“El RUAC surge principalmente por el problema del abandono y maltrato de animales, no es un problema nuevo, por lo que surge la necesidad de contabilizar y establecer políticas publicas para poder controlar todo y hacer más responsables a los tutores, ya que al tenerlos registrados de alguna manera puede prevenir el abandono”, explicó a EL UNIVERSAL el director de la Agencia de Atención Animal (Agatan), Carlos Fernando Esquivel Lacroix.

Esta acción tiene el objetivo de registrar los datos, no sólo de las mascotas, sino también de los dueños o tutores, y otorgarles una clave única similar a un CURP.

El registro se realiza en línea por medio de un cuestionario y fotografías de las mascotas, que en caso de que se pierdan puede coadyuvar para su localización, además tiene un valor jurídico ante las autoridades para evitar cualquier tipo de maltrato.

“Incluso tiene otro valor agregado el registro si es que el animal se ve involucrado en alguna situación de agresión para otros animales o personas, por lo que el juzgador tiene acceso o podría tener acceso al registro para conocer su estatus como: si está vacunado o esterilizado e incluso también con el registro pueden ser aceptados en el Hospital Veterinario de la Ciudad de México para acceder a los servicios médicos”, añadió Esquivel Lacroix.

El inicio de este registro animal se dio luego de que se reportaran casos como el de un perro pitbull que mató a un menor de edad en la alcaldía Iztapalapa, el 1 de julio de 2019, y cuando capturaron a 25 canes en el Cerro de la Estrella a los que acusaron de asesinar a cuatro personas en 2013.

En ese sentido, la Agencia de Atención Animal ha tenido que proporcionar algunos registros a solicitud de las autoridades de seguridad y la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México para temas de maltrato o animales agresivos, pero también en casos de disputa de propiedad de los perros o gatos.

“Hemos capacitado a integrantes del Poder Judicial de la Ciudad de México, jueces y servidores públicos, esto para que vayan conociendo el RUAC, pero puedo adelantar que este año [2023] vamos a implementar en las 16 alcaldías módulos de registro de mascotas, así como las estrategias de esterilización y programas para el bienestar animal”, informó el titular de Agatan.

Carlos Esquivel aseveró que las redes sociales han contribuido para que las personas tengan “temor” para registrar a sus mascotas, por ejemplo, que sus datos personales se iban a utilizar para temas de espionaje o que era para cobrar un impuesto por tener mascotas, lo cual es falso.

Falta difusión

Mitzi Paola Nava López, tutora de cuatro perros y estudiante de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, aseguró que registrar a sus mascotas fue una buena opción para acreditar la propiedad de estos, pero consideró que falta difundir más los beneficios que puede tener.

“En realidad, no sé cuál es la función fundamental del registro de mascotas, y justamente lo hice por este llamado de las autoridades para hacerlo y así tener un respaldo de la propiedad de mis perros. En su página no se aclara esta información y además dicen para que formen parte de las jornadas de vacunación, y la verdad nunca he visto que pidan el registro”, destacó.

En compañía de su perro Morrison, un labrador, y Tacco, que es mestizo, Mitzi consideró que al programa le hace falta difusión e incluso, señaló, se podría reforzar el tema de vacunación y contabilizar para tener estadísticas certeras ya que también son problemas de salud pública.

“Debería de ser totalmente obligatorio registrar a todas las mascotas para evitar accidentes o algún tipo de enfermedad grave que surja de perros o gatos porque en realidad no se sabe cuántas mascotas hay”, agregó.

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