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Caos vial, vagones del Metro saturados, reventa, cobro excesivo de taxis o tarifas dinámicas de aplicaciones de transporte, falta de coladeras e iluminación, hasta robo de celulares... eso vivieron miles de personas que acudieron al festival del Corona Capital durante tres días en el Foro Sol, en la alcaldía Iztacalco.
Sin embargo, esta situación no fue exclusiva de este evento. Las aglomeraciones de miles de personas en conciertos musicales o eventos deportivos es lo común, y en todo lo que hay alrededor, pese a los operativos de vialidad y seguridad que implementan las autoridades.
El UNIVERSAL acudió dos días para observar las dificultades que se generan alrededor de estos eventos, luego de que el 10 de noviembre Sofía y Esmeralda cayeran a una coladera destapada y murieran cuando iban a un concierto en el Palacio de los Deportes, a un costado del Foro Sol.
El viernes hubo un caos vial desde las 19:00 horas hasta las 22:00. La mayoría de los asistentes acudieron en Metro; sin embargo, quienes llegan en automóvil colapsan los cruces de Viaducto y Churubusco. Se formó una fila de aproximadamente dos kilómetros que colmó la paciencia de varios.
“Es insoportable, sabemos que este fin de semana será imposible entrar y salir de nuestra casa. Siempre es lo mismo, nos quedamos enterrados, atorados y no podemos hacer nada”, dice una vecina de la colonia Granjas, en Iztacalco; vive justo frente a donde ocurrió el evento.
Los tambos fosforescentes y la presencia de los policías poco inhibe el malestar de la gente; al contrario, exacerba que no ayuden. “Ahora nos tocaron las mentadas, ni modo”, dice un policía que, junto con 10 de sus compañeros, vigila el cruce de Viaducto y Añil.
Del otro lado, otros agentes hacían rondines para evitar la reventa, pero ésta se mantuvo. “Aquí no hay falla, amigo; los boletos están en 2 mil pesos, me los pagas una vez que entres, son originales, chécalos bien”, afirma un revendedor, pero antes pide una propina de 500 pesos.
Los bicitaxis hacen su agosto. Cobran 150 pesos por 500 metros. Antes de ingresar, los franeleros cobraban hasta 500 por lugar. “¡Aquí se lo cuidamos, no pasa nada!”. Muchos cuando salen ya no ven a nadie cuidándolos. A la salida, el llamado taxi seguro cobra tarifas exorbitantes.
También están los robos de celulares. La Secretaría de Seguridad Ciudadana indicó que detuvo a seis personas por ese delito en dos días. El sábado por la tarde, quienes optan por llegar en Metro lo hacen en vagones saturados.
Durante el día no hay “tanto problema” al acudir a los conciertos, por la noche se complica, cuando los taxis elevan sus costos, el Metro deja de operar y otra opción son las unidades de aplicación que entran en tarifa dinámica por demanda vehicular.
“En el día funciona el Metro. El problema es en la noche, cuando se disparan los taxis haciendo negocio y las aplicaciones suben de precio, hacen su agosto”, dijo Karina Fernández, quien acudió dos veces al Corona.
El puente peatonal que conecta a la estación Velódromo con el Palacio de Los Deportes ya se encuentra con luminarias, tanto en pasillo como en zona de vialidad primaria. Fueron instaladas cuatro luminarias improvisadas, un altavoz y hasta un botón de auxilio.
Sobre la calle de Añil se apreció una coladera sin tapa a la que se le colocó una llanta encima que dice “precaución”.
Con información de Laura Arana
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