Octavio Enrique Ochoa y su familia tienen sentimientos encontrados; por un lado añora devolverles el hogar a su esposa e hijos y también recuerda con tristeza aquel . “Mis niños extrañan mucho su casa, pero también hay miedo de regresar”.

En Balsas 18, colonia Miravalle, el primer piso del edificio colapsó tras aquel terremoto, destruyendo en casi su totalidad los 16 departamentos que lo conformaban. Tres vecinos perdieron la vida en el derrumbe, una persona más fue rescatada, pero murió días después en el hospital.

Desde aquel día, Octavio y su familia han vivido tanto con familiares y en un departamento rentado a la espera de que concluya la construcción de su nueva vivienda, uno de los 5 mil 616 departamentos que tiene pendiente por entregar la Comisión para la Reconstrucción de la Ciudad de México. “Yo no recuperé mis cosas, pero hubo quienes no recuperaron a sus familiares”, cuenta.

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El hogar de la familia Ochoa fue una de las 22 mil 306 viviendas afectadas por el sismo. De ellas, 11 mil 117 eran departamentos (330 inmuebles equivalentes a 527 edificios), según datos oficiales.

A la Comisión para la Reconstrucción se le asignó un presupuesto de más de 12 mil millones de pesos y ya ha ejercido más de 7 mil 700 millones en la entrega de 178 inmuebles, equivalentes a 282 edificios que conforman 5 mil 501 departamentos. También han sido entregadas 13 mil 471 viviendas, 5 mil 163 se encuentran en proceso y 3 mil 382 más están por iniciar, esto en beneficio de más de 100 mil personas.

Para financiar la reconstrucción del edificio donde vivía la familia Ochoa y otros en la capital, se implementó la figura de la redensificación: añadir departamentos a los multifamiliares restaurados y así financiar la inversión. El de Balsas 18 tiene un avance de 50% y está previsto para ser entregado con ocho departamentos adicionales, entre mayo y junio próximos.

Actualmente, los Ochoa rentan un departamento en las cercanías de la colonia Miravalle. La comisión le da mensualmente a ellos y a los damnificados aún sin casa un apoyo económico para financiar sus rentas temporales de hasta 70% el gasto en varios casos. Cada 19 de septiembre Octavio cuenta las horas para que el día termine.

La misma pesadilla

Lo que Maricarmen recuerda más de aquella tarde es el ruido que emergía de las paredes. Era un crujido continuo, salía del suelo y subía por los muros hasta el techo, el departamento rujía como si estuviera furioso. Era el mismo sonido que en el 85. Y tal como en aquella fatídica fecha no pudo hacer más que ir al cuarto de su madre de más de 90 años, abrazarla y “esperar a que el temblor terminara o se cayera el edificio”.

Pero no sucedió, el complejo de departamentos de Revillagigedo 78, colonia Centro, se mantuvo en pie como había hecho hacía 32 años. Desde ese día y hasta que dejó su casa, Maricarmen García durmió vestida cada noche. “Yo necesitaba estar lista para proteger a mi madre”, platica.

Cuando supervisó el departamento 22, en el que había pasado toda su vida, descubrió un lugar irreconocible: masetas rotas con tierra en el suelo, cuadros movidos y grietas en las paredes que reflejaban un evidente daño estructural. El diagnóstico de protección civil era claro, había que reparar el edificio.

Pasaron más de cuatro años para que se iniciara el proceso de restauración, cuatro años en los que 34 familias tuvieron que vivir con el riesgo latente de que otro terremoto terminara por sepultar el inmueble que se erigió en enero de 1938.

Desde que se desalojó a los vecinos para la reconstrucción, Maricarmen fue acogida en la casa de sus hermanos en Huixquilucan y pasó a ser una de los miles de personas que siguen esperando, a más de cinco años del terremoto, regresar a su hogar.

Maricarmen cuenta los días para poder regresar al Centro, a recorrer las calles que la han visto crecer y recuperar la vida que dejó atrás después del sismo. Pero no espera un departamento lujoso en compensación.

“A mí no me interesa que me lo pinten lindo ni que me lo arreglen bonito. Yo quiero que este fuerte, que no se caiga”, expresa. El edificio podría ser entregado a sus inquilinos en marzo.

En Ámsterdam 7, colonia Hipódromo, 36 familias también siguen sin tener claridad sobre la reconstrucción de su inmueble y a la fecha, el terreno se encuentra vacío. Layla rentaba el departamento de su madre desde hacía ocho años y tuvo que regresar a vivir con ella tras el terremoto.

El inmueble no se cayó, pero debido al daño estructural tuvo que ser derrumbado, desde entonces han obtenido pocas respuestas de parte de Reconstrucción. “Han sido hábiles en atendernos sin atendernos, pues han pasado cinco años sin casa” dice.

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