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Villa de Allende, Méx.— Ni la lluvia ni los 10 grados centígrados que se registraron en las inmediaciones de Villa de Allende, donde se localiza la Planta Potabilizadora de Berros, impidieron que 420 trabajadores de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) se dedicaran, a marchas forzadas y de forma ininterrumpida, a la colocación de las válvulas y piezas clave para dar mantenimiento al Sistema Cutzamala.
“Aquí han estado todos estos días los ingenieros y los trabajadores, casi sin descanso. A marchas forzadas para terminar, como lo indica el programa, y si se puede, antes”, expresó uno de los empleados en el lugar.
Aquí las 24 horas se trabaja y los empleados lo hacen por turnos para poder descansar; para no perder tiempo, duermen en la zona.
Son los trabajadores que llevan más de 72 horas laborando para, por ejemplo, terminar las soldaduras especiales. La mañana del viernes ya estaba montado el tubo válvula sobre una de las líneas de conducción del líquido, una pieza de 75 toneladas de la cual destacan cuatro manubrios, que son las llaves para liberar el aire y el agua que escurrirá por esa línea y que horas antes estaba sobre el piso.
Sin embargo, para lograr esta tarea, los trabajadores laboraron día y noche para impedir algún retraso.
Desde las 08:00 de la mañana del 31 de octubre, ingenieros, soldadores, técnicos y otros especialistas, fueron concentrados en la Planta Tratadora Los Berros, localizada en los límites de Villa de Allende y Villa Victoria, hasta donde llega la línea que traslada el agua de lluvia captada por siete presas, cinco mexiquenses y dos de Michoacán.
En esa zona boscosa, húmeda y con climas diversos, se concentró parte de la atención porque estos trabajos provocaron la suspensión del 100% del suministro del Cutzamala hacia el Valle de México que afectó a cerca de 7.6 millones de habitantes de 13 alcaldías capitalinas y 12 municipios mexiquenses.
El mantenimiento correctivo a las líneas uno y dos del acueducto del Sistema Cutzamala, entre los kilómetros 24+755 y 37+943, fue una labor titánica, dijeron ingenieros.
Ingeniería de punta. Según algunos empleados de la Conagua, una labor que implicó el uso de piezas “únicas”, elaboradas por mexicanos que desarrollaron toda una ingeniería capaz de dividir en dos acueductos o líneas, los 16 mil litros por segundo de agua que van desde esa tierra mexiquense hasta la Zona Metropolitana del Valle de México.
“Llevamos varias horas de este lado, nosotros les proporcionamos fruta, agua, comida a los trabajadores y pues sí, están aquí sin descansar”, dijo una de las encargadas de instalar la mesa de víveres para los representantes de los medios de comunicación que siguen los trabajos.
Incluso, los baños portátiles para los trabajadores fueron instalados del lado de la línea. La mañana del viernes, alrededor de las 11:45 horas, llegó un camión de limpieza de dichas instalaciones, que también había junto a un camión donde había refrigeradores con alimentos dispuestos para los trabajadores.
“Aquí todo es grandote, macro, desde las grúas hasta las piezas”, describe un trabajador. Por tanto, cada movimiento de los empleados requirió el apoyo de grúas gigantes de las que colgaban gruesas cuerdas.
Con sol, lluvia y el frío de la noche, esos ingenieros dividieron labores y tiempos. Mientras algunos descansaban por algunas horas, otros continuaban con la movilización de las piezas K invertida, X y la conexión de las líneas para que en 10 años, no sea necesario otro megacorte de agua, según han prometido las autoridades de la Conagua.
Así laboran para terminar el mantenimiento del Sistema Cutzamala y que el servicio se regularice en el Valle de México.