Metrópoli

“La gente se arma por asaltos en combis”

Durante 2019 se incrementó el tráfico y comercio de pistolas y revólveres; ahora ciudadanos pueden probarlas e incluso recibirlas en sus domicilios

ILUSTRACIÓN: ANI CORTÉS
23/08/2020 |23:40David Fuentes |
David Fuentes
Reportero de la sección MetrópoliVer perfil

El tráfico y comercio ilegal de armas de fuego es una realidad en la Ciudad de México, el problema, según estimaciones de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, se agudizó en 2019 en toda la urbe, al convertirse en el principal punto donde se venden pistolas calibre 9 milímetros, .38, .22, .25 y hasta rifles R-15 o Cuerno de Chivo.

La facilidad con la que actualmente se puede conseguir un arma de fuego —pues dichos objetos se encuentran en Facebook Market o en chats de WhatsApp en los que cualquier persona puede comprar, incluso con envío a domicilio—, ha propiciado que empleados, jefes de familia y jóvenes estudiantes, quienes se ven en la necesidad de utilizar el transporte público, compren una para defenderse de la delincuencia.

Sobre todo, para protegerse de aquellos ladrones que abundan en combis y microbuses que circulan entre las fronteras del Estado de México y la Ciudad de México; algunos han sido recientemente golpeados por las propias víctimas de sus atracos; para este target, según los traficantes de armas, las calibre 38, .22, .25 son “ideales” e incluso, “se les da buen precio”.

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EL UNIVERSAL sostuvo una entrevista con un dealer de armas, quien reveló que desde hace poco más de cinco años que fue deportado de Los Ángeles, California, se ha dedicado a este negocio.

Surte a grupos paramilitares asentados en Morelos, Guerrero y a la delincuencia organizada en la metrópoli; en el Estado de México ha trabajado con La Familia Michoacana y grupos delincuenciales locales que buscan apoderarse de diferentes zonas para la venta de drogas al menudeo.

En la Ciudad de México, explicó, hasta enero del año pasado sus principales clientes eran “comandantes y jefes policiacos” tanto de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) como de la Fiscalía General de Justicia (FGJ). Con los grupos delictivos preponderantes en la ciudad, como La Unión y La Anti-Unión Tepito o el Cártel de Tláhuac, no logró concretar trato alguno.

A estos grupos, principalmente a los asentados en Tepito, los calificó de “chinches” y “malas pagas”, pues siempre regateaban los precios establecidos.

“Son mugrosos que no tienen dinero ni les alcanzan para lo que piden. Tratos con ellos no hemos cerrado, usan armas prestadas o viejas que ya tienen”, reveló durante la plática en un lugar al oriente de la capital donde se concretó la entrevista.

El Reynolds, como se identificará al traficante de drogas, detalló también que con los incrementos en los robos al transporte público y el surgimiento de los llamados “héroes anónimos”, la venta de armas calibre .22, .25 y .38, ha aumentado.

“Esas [pistolas] son las que están pidiendo, pero esas las buscan los oficinistas, los trabajadores o los padres de familia que usan mucho el transporte público”, declaró.

“Ahora se suben ya con el fierro listo para cualquier cosa y con eso se defienden de la rata. Estamos hablando, por ejemplo, de que antes una .38 costaba en promedio 5 mil pesos, ahora se las damos en 3 mil o hasta 2 mil pesos, dependiendo de cómo esté el arma y el parque que vayan a querer, las balas también las vendemos y nos damos cuenta de que ellos sólo piden un máximo de 15 tiros”, detalló el traficante mientras respondía mensajes en su celular, pues le llegaron más pedidos.

El dealer detalló también que el arribo de armas a la Ciudad y al Estado de México es sencillo: “Todas llegan en vehículos particulares, en pequeñas cantidades o incluso por mensajería”.

Acusó también corrupción de los policías de las tres esferas de gobierno, pues mientras “te reportes con ellos, no hay problema alguno”. Las entregas se realizan en un punto convenido, desde domicilios particulares, estaciones de Metro o en estacionamientos de plazas comerciales.

“Depende de lo que quiera el cliente, por ejemplo, si quieren probar el arma, tenemos un lugar especial donde se cala y así se entrega; el cliente dispara los tiros que desee y así se va satisfecho.

“Aquí no podemos cometer errores porque nos metemos con gente peligrosa, que no acepta equivocaciones y si haces algo mal o falla la cosa, pues te cuesta la vida, te matan”, enfatizó el traficante.

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