Toluca, Méx.— En esta las bancas se han cambiado por camillas, el uniforme por una batita y los amigos de salón de clase se han convertido en compañeros de cuarto. No hay recreo, ni festivales, tampoco honores a la Bandera, pero hay ilusiones, sonrisas y muchas ganas de seguir preparándose.

Sigamos Aprendiendo en el Hospital es la estrategia a través de la cual los pequeños con largos periodos de hospitalización toman clases presenciales a fin de evitar la deserción escolar.

María Fernanda García González, de 29 años de edad, pedagoga de profesión y encargada del programa señala que a través de esta medida se atiende a niños desde maternal hasta preparatoria, con la finalidad de evitar el rezago educativo de los infantes que por su situación de salud tienen que abandonar sus clases escolarizadas.

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María Fernanda González es guía y facilitadora del aprendizaje para los pequeños con una atención personalizada. Foto: Jorge Alvarado / EL UNIVERSAL
María Fernanda González es guía y facilitadora del aprendizaje para los pequeños con una atención personalizada. Foto: Jorge Alvarado / EL UNIVERSAL

Recuerda que siempre deseó ser maestra y estar frente a un grupo, decorar su salón en cada festividad y compartir un recreo con sus compañeros docentes mientras los pequeños disfrutan de sus alimentos; sin embargo, la vida le regaló la oportunidad de dar clases en el Hospital Materno Perinatal Mónica Pretelini Sáenz en Toluca.

“Todo comenzó cuando decidí ir a dejar documentos a nivel primaria y me dijeron que podía ingresar a este programa que la verdad yo no conocía, es muy complicado que te digan que hay una escuela en un hospital, entonces ya me puse a investigar, tomé cursos de pedagogía hospitalaria, empecé a conocer a los alumnos, pero más que nada es como cuestión humana, porque sí es muy complicado llegar y saber por lo que ellos están pasando”, dice.

En su recorrido diario entre camillas y doctores, la docente es guía y facilitadora del aprendizaje para los pequeños con una atención personalizada, que comienza desde la lectura y escritura hasta operaciones matemáticas básicas, pero todo depende de las necesidades de cada paciente-alumno.

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Se busca dar herramientas a los pacientes que les permitan entretener sus mentes para olvidar por un momento sus padecimientos, dijo Miss Fer. Foto: Jorge Alvarado / EL UNIVERSAL
Se busca dar herramientas a los pacientes que les permitan entretener sus mentes para olvidar por un momento sus padecimientos, dijo Miss Fer. Foto: Jorge Alvarado / EL UNIVERSAL

“Debido a que sus estancias son muy largas dejan de asistir a la escuela, la principal meta del programa es evitar el rezago educativo, dándole seguimiento a las actividades de los niños de acuerdo con el nivel en el que se encuentran, lo principal es su salud, pero no hay que dejar de lado lo educativo, entonces aquí lo que hacemos es regularizarlos, ponerles actividades de acuerdo con su nivel, se comienza desde la lectoescritura hasta operaciones básicas, según las necesidades del niño es lo que se les brinda”, comentó.

El programa

Sigamos Aprendiendo en el Hospital, que impulsa el gobierno del Estado de México, comenzó en septiembre de 2021, actualmente cuenta con 10 aulas en unidades del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el Instituto de Salud del Estado de México (ISEM) y el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) abarcando municipios como Zumpango, Cuautitlán Izcalli y San Felipe del Progreso para cubrir la zona del Valle de México.

En Toluca y Metepec este tipo de espacios se ubican en el Hospital Nicolás San Juan en el área de pediatría y de quemados.

Debido a la condición de los “chiquillos”, se manejan dos modalidades de atención: una es en aula fija con todos los materiales educativos, incluyendo una biblioteca pequeña y su mobiliario y un aula móvil en donde la profesora asiste de forma individual hasta la cama del paciente para brindar el aprendizaje.

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Una de las modalidades de atención es un aula fija con todos los materiales educativos. Foto: Jorge Alvarado / EL UNIVERSAL
Una de las modalidades de atención es un aula fija con todos los materiales educativos. Foto: Jorge Alvarado / EL UNIVERSAL

Para la maestra Fernanda, esta labor ha representado todo un reto en el día a día; sin embargo, encuentra una motivación en cada uno de los pequeños al lograr establecer un vínculo emocional con ellos.

“Mi formación es pedagoga, pero nunca me imaginé compartir este espacio con los niños, ahora creo que es muy importante porque uno tiene una labor esencial, te vuelves más que una docente, te vuelves una amiga y una confidente para ellos, porque somos una compañía, hasta en algún momento somos una estabilidad para ellos, es un reto pero es algo muy bonito”, afirma.

Los retos

A decir de Miss Fer, como algunos la llaman, con el aprendizaje se busca dar herramientas que les permitan entretener sus mentes para olvidar por un momento sus padecimientos.

Con más de cinco años de experiencia en este programa educativo, comenta que la situación no es fácil cuando se tiene que lidiar con cuadros complejos de enfermedad, como es el caso de los niños que tienen un diagnóstico de cáncer, por ello tuvo que buscar actividades alternativas que le permitieran tener mucha fuerza mental para poder lidiar con los retos que enfrentaban sus alumnos.

“Ocupaba mi mente en otro lado, porque me llevaba a casa las historias y los sentimientos de los niños y era muy complicado. Cuando llegan los niños, llegan tristes junto con los familiares y uno tiene que aprender a ganarse la confianza de ellos y ponerte en el lugar y ser empática en todo momento, porque uno entiende que la situación es muy complicada, entonces a veces ni siquiera hay palabras de aliento (...), comenta.

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A lo largo de los años en su recorrido por los pasillos del hospital la maestra Fernanda ha visto entre camillas, enfermeras y doctores grandes historias de éxito, pero también algunas otras que no tuvieron un desenlace feliz.

“Hemos visto a niños desde que ingresan, hasta los que ya no están aquí con nosotros y también los que tocan la campanita y dicen ya me voy maestra y gracias por ayudarme todo este tiempo, eres importante porque me apoyaste en este proceso y los padres de familia también han sido agradecidos en la parte emocional”, expresa.

La opinión de los padres de familia

Para Guillermo Antonio Esquivel Álvarez, padre de una pequeña que se encuentra en el área de Oncología, este programa educativo representa una oportunidad para los niños que se ausentan por largos periodos de la escuela.

“Definitivamente un reconocimiento a la Secretaría de Educación Pública que abre este tipo de espacios que le permite a nuestros pequeños continuidad en su formación, ya que su condición los imposibilita a tener un sistema escolarizado. Encontrar este tipo de programas que den esa continuidad, esa formación y ese apoyo definitivamente es un acierto por parte de la Secretaría de Educación”, dice.

En la actualidad el programa Sigamos Aprendiendo en el Hospital en Toluca atiende a 80 alumnos que fueron integrados durante un mes en el Hospital del Niño y la Clínica 220 del IMSS; sin embargo, dicha cifra puede oscilar y dependerá de los ingresos de pequeños al hospital, precisa la profesora Maribel Ocampo Estrada, adscrita a la Subdirección de Educación Primaria en el Área Técnica Académica.

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