Las imágenes dentro de la Brigada de Vigilancia Animal pueden ser enternecedoras o duras para los veterinarios y policías. Dos agentes arriban al consultorio en donde los médicos, todos ellos de universidades públicas, realizarán un seguimiento clínico a un gato; traían consigo a un perro herido que reportaron en la alcaldía Iztapalapa.

Traerlo hasta las instalaciones de la brigada, ubicadas en la alcaldía Xochimilco, fue complicado; el perro a pesar de estar herido, permanecía alerta para atacar a quien se le acercara.

Pelea hasta que sus piernas caen sobre la plancha metálica, anestesiado, para que los médicos puedan ver sus heridas: un tajo en una de sus orejas, laceraciones en el cuello y una visible infección en el pene; al verlo, los médicos sugieren que podría ser cáncer.

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El perrito, aún sin nombre, normaliza su respiración, recostado. Las manos de los veterinarios le dan calma, lo acarician dormido. La sangre que derrama por la herida en la oreja se queda en el piso.

La Brigada de Vigilancia Animal es su nuevo hogar, un espacio que si bien es provisional, pues el objetivo es que todos tengan una familia, se ha convertido en su escaparate.

Saltan de emoción cuando ven a los agentes policiales preparando la comida, cuando la titular, Leticia Varela, abre las jaulas para que salgan atrabancados a correr por todo un prado, mientras el resto de los perros, algo agitados, ladran para llamar la atención.

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Este espacio de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) será renovado bajo el concepto de “La Ciudad de los Perros”.

Este nuevo giro consiste en la rehabilitación total de la brigada en donde habrá pequeñas casas para los canes que llegan para recibir atención y en donde convivirán en grupos.

Las casas están conformadas por un patio con pasto, una piscina de tierra y pequeñas “recámaras”. Los grupos de perritos serán altamente cuidados, pues cada uno de sus integrantes tendrá un temperamento similar, que facilite la convivencia entre ellos.

Ese es un primer paso de la socialización que buscan en cada uno, para que las familias interesadas en adoptar vean que pueden convivir con más animales.

El proyecto también incluye quirófanos, área para animales silvestres, un patio para gatos, un sitio para animales en cuarentena con seis módulos, los cuales tienen una capacidad de albergar a cinco perros cada uno, dando una capacidad total de 30 canes; estos espacios, de igual manera que los hogares, contarán con una zona de dormitorio, patio con jardín y alberca de tierra.

Carmela Rivero, presidenta de la fundación Antonio Haghenbeck, explicó que esta renovación está enfocada en el bienestar animal, y el objetivo es que tengan una rehabilitación emocional y conductual.

“Lo que se busca es la convivencia, desde que llega un perrito se tiene que empezar a trabajar en la socialización. En cada módulo podrán vivir cinco o más, en la medida que puedan crecer las manadas. Prácticamente sin casitas, en donde los perritos van a vivir tres texturas, cemento, pasto y una alberca de tierra”, explicó.

Leticia Varela, directora general de la Brigada de Vigilancia Animal, comentó que a la semana son adoptados entre tres o cuatro perros.

“Así como se van, así llegan, lamentablemente todavía nos falta cultura en el tema de bienestar animal (...) con las redes sociales nos ayudan con denuncias, hacemos operativos, vamos y rescatamos, no todos pueden agarrar un pitbull”, comentó Varela.

La recuperación de Luna y Machete

En la brigada saben que hay casos de mucho cuidado en donde la violencia que recibieron los perros los hace delicados. Uno de ellos es el de Luna, quien ladraba y se trepaba arriba de su casa.

Luna salió a la luz en medio de un homicidio y feminicidio al interior de una casa en la alcaldía Álvaro Obregón. La joven Karla Fernanda tenía los cuerpos de su tío y madre al interior en donde estaba atrincherada con la perrita pitbull.

Luna fue altamente violentada. Hoy sólo no ataca a las tres personas que se encargan de su cuidado, aunque los mismos efectivos saben que es complicada, pues a pesar del trato, los ha llegado a atacar.

Machete, otro perrito pit-bull, fue bautizado con este nombre porque sus agresores lo atacaron a machetazos. Para él hoy es difícil creer en los humanos, oculta su cola y no deja de tener cara triste, por mas que tiene un acompañante.

El comandante Ismael García dijo que son 105 policías capacitados que realizan servicios profesionales para salvar animales en peligro.

“Hemos ingresado a domicilios por maltrato, con órdenes de cateo, en donde se comprobó el delito de maltrato y crueldad; esos domicilios tienen higiene precaria, la situación de los animales es la menos adecuada y el animal que se llega a rescatar, sobre todo perros, están en total desnutrición”, comentó.

Para uno de los artífices de la socialización de los animales en la Brigada de Vigilancia Animal, el comandante Ismael García, la familia se debe adaptar al perro, no el perro a la familia.

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