Al , en la zona boscosa, las imágenes son duras. Los paisajes en los que abunda el verde de la vegetación viva y tupida, contrastan con las amplias áreas devastadas, en las que árboles caídos, troncos rotos, con cortes de sierra o quemados, son una constante.

El combate a talamontes es una lucha diaria para los brigadistas e inspectores ambientales de la Ciudad de México que cada día ponen en riesgo sus vidas en los límites donde convergen la capital del país con los estados de México y Morelos; el lugar es conocido como “punto trino” y se trata del sitio más azotado por la tala clandestina.

En la alcaldía Tlalpan, a la altura de San Miguel Topilejo, EL UNIVERSAL constató que hay amplias áreas en las que se observan pedazos de troncos de árboles que ya han sido cortados de manera ilegal.

En el combate a los talamontes participan elementos de la Guardia Nacional, Ejército, Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), así como inspectores y brigadistas ambientales. Foto: Hugo Salvador
En el combate a los talamontes participan elementos de la Guardia Nacional, Ejército, Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), así como inspectores y brigadistas ambientales. Foto: Hugo Salvador

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Mientras que en los alrededores del poblado de El Capulín, en el municipio mexiquense de Xalatlaco, y en las cercanías de la cabecera municipal de Huitzilac, en Morelos, la postal es la misma: donde alguna vez hubo decenas de árboles juntos, los “talas” —como los llaman las autoridades—, han adelantado el paso.

Decenas de hectáreas en las que hace poco más de una década había “bosque cerrado”, ahora son campos en los que se cultivan legumbres o cereales como papa y avena, o que sirven para alimentar ganado.

Detener a los talamontes “es una tarea ardua, muy difícil, pero que con la labor de las instituciones ha permitido dar buenos resultados”, contó un inspector ambiental de la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corenadr).

Dos o tres veces por semana se realizan operativos en los que participan elementos de la Guardia Nacional, Ejército y personal de inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), así como inspectores ambientales y brigadistas de Sedema y Corenadr, a quienes se les conoce como “negros”.

“Hemos logrado asegurar varias camionetas con producto forestal, desarticular aserraderos. En el Ajusco, los aserraderos de los que teníamos denuncias de que se está procesando ahí la madera se lograron deshabilitar en su totalidad”, afirmó el inspector.

De acuerdo con datos que proporcionó la Corenadr a este diario, tan sólo entre el 24 y el 27 de julio de este año, en operativos conjuntos con autoridades federales se lograron recuperar 3.9 hectáreas y se protegieron otras 11.77 de suelo de conservación en las alcaldías de Tlalpan, Xochimilco y Cuajimalpa.

Dos o tres veces por semana, se realizan operativos en el “punto trino”, zona boscosa limítrofe entre la CDMX, el Edomex y Morelos.
Foto: Hugo Salvador
Dos o tres veces por semana, se realizan operativos en el “punto trino”, zona boscosa limítrofe entre la CDMX, el Edomex y Morelos. Foto: Hugo Salvador

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Deterioro de los bosques

Uno de los grandes problemas que enfrentan las áreas verdes de la capital, es que sólo 14% del suelo de conservación se encuentra dentro de alguna área natural protegida, mientras que más de 76% se trata de tierras ejidales o comunales, de las que los mismos habitantes suelen disponer para vivir de ellas, explicó Gloria Soto Montes de Oca, investigadora del Departamento en Ciencias Sociales de la UAM Cuajimalpa.

De acuerdo con la especialista, la Ciudad de México enfrenta una “presión enorme sobre sus zonas de bosques y la tala clandestina es un tema recurrente”, principalmente en esas zonas comunales.

El deterioro, dijo en entrevista con este diario, se observa con mayor magnitud en las zonas del Ajusco, en Tlalpan; Los Dinamos, en Magdalena Contreras, y en las áreas cercanas al suelo urbano y semiurbano de Milpa Alta y Xochimilco.

En estas áreas cada vez hay menos árboles, cuando vemos mapas que toman en cuenta la cubierta vegetal, nos encontramos con que muchos de los bosques están perdiendo la capacidad de regular la escorrentía, porque ya son pocas las zonas con buena calidad”, comentó.

En el caso del llamado “punto trino”, Soto Montes de Oca señaló que es una zona donde los delincuentes encuentran un “área de oportunidad” para sus actividades ilícitas cuando existe falta de coordinación entre las autoridades, por lo que consideró una “buena noticia” la iniciativa enviada al Congreso por el jefe de Gobierno, Martí Batres, con la que se busca castigar hasta con 30 años de cárcel a talamontes.

Otro problema que enfrenta el suelo de conservación es el aumento de los asentamientos irregulares.

Los talamontes están bien organizados, por lo que para cuidar su integridad, los brigadistas se apoyan en corporaciones federales armadas, dice inspector. Foto: Hugo Salvador
Los talamontes están bien organizados, por lo que para cuidar su integridad, los brigadistas se apoyan en corporaciones federales armadas, dice inspector. Foto: Hugo Salvador

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Pese a que el área de bosques del Valle de México está constantemente monitoreada, no siempre se alcanza a detener a los delincuentes. En ocasiones, los esfuerzos de las autoridades se ven frustrados ante la rapidez de algunos, quienes se alertan entre ellos y huyen antes de ser localizados en la inmensidad del bosque.

“Son talamontes muy bien organizados”, señaló el inspector, por lo que para cuidar de su integridad, los brigadistas se internan en los parajes más intrincados, a bordo de camionetas, apoyados de corporaciones federales armadas.

En el último mes, el Gobierno de la Ciudad de México informó que se tienen detectados al menos cinco grupos que se dedican a esta actividad ilícita.

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