Toluca, Méx.— Justino Jiménez Martínez tiene que elegir entre sus cinco hijos para determinar al que podrá continuar con sus estudios.

Para este ciclo escolar a distancia no cuenta con energía eléctrica, televisión, radio, celular ni computadora, así que únicamente Jimena sigue en la primaria, el resto la observa mientras estudia.

Este escenario no es nuevo para los habitantes de la región otomí de Toluca, donde 20% de los pobladores de la zona norte enfrentan condiciones adversas, dice el jefe supremo otomí del Valle de Toluca, Juan Izquierdo.

El caso de Justino encaja en esta realidad. Este padre soltero cuenta que su televisión se quebró, era una pantalla modesta, así que cuando anunciaron que el regreso a clases sería en línea y a distancia, buscó opciones.

“Es que no todos mis hijos pueden ver lo mismo, la niña va a primero de primaria, los demás tienen cinco, ocho,  11, 12 y 15 años. Así que le pedí a mi yerno que me prestara su tele, aquí dejamos a Jimena y nos compartimos el gasto de luz eléctrica”, relata.

La mayoría de estas familias en la zona norte de la capital mexiquense no pueden quedarse en casa para verificar que sus hijos cumplan con las clases a través del televisor y mucho menos en internet, pues este último es un servicio que “casi nadie contrata”, enfatiza el representante otomí Del Valle de Toluca.

Los padres, en su mayoría comerciantes o albañiles, deben salir a las calles y plazas a ofrecer ajos, hojas de té o artesanía de palma tejida, pues son artesanos de temporada, pero este año ninguno encuentra un espacio para vender sus productos, “todo fue suspendido, así que buscamos alternativas para salir adelante”.

Justino narra que es albañil, durante los cinco o seis meses que lleva la pandemia por Covid-19 no ha logrado salir a trabajar.

Busca en el comercio, también en otros sectores, hasta recoger basura, pero no hay empleo.

Si bien descarta enviar a sus hijos a trabajar para ayudarle, reconoce que no tiene presupuesto para inscribir a todos en la escuela, comprar útiles y otras televisiones, un radio o celular.

“Estoy solo, su mamá se fue y ahorita estoy con otra señora que sí me ayuda un poco con la niña de primero de primaria, porque yo no tengo estudios tampoco y pues no sé leer bien ni escribir. Ella sí, así que me echa la mano al cuidarlos y todo eso”, menciona.

Al resto de los niños los deja en casa, ellos se dedican a observar a su hermana mientras estudia, escribe en sus cuadernos reciclados y aprende la clase del día.

Con base en datos de la Secretaría de Educación del Estado de México (Seduc), la falta de conectividad prevalece en zonas rurales, suman cerca de 60 mil niños y niñas que tienen acceso a alguna de las alternativas, como televisión, internet, radio, y para quienes buscan acercar cuadernillos de trabajo, que sirvan como orientación o guía en la clase y que los docentes les van indicando cuándo deben utilizarlos.

La Seduc aseguró que 70% de los 3.3 millones de alumnos de educación básica que volvieron a clases cuentan con alguna conexión para continuar sus estudios.

Por el momento están disponibles a través de la página de internet de la dependencia, las ligas para bajar e imprimir los cuadernillos de apoyo, que la institución estima útiles para auxiliar a padres de familia y menores, con la finalidad de desarrollar ejercicio que ayuden a la comprensión.

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