Así como el Zócalo capitalino, aunque en menor escala, Iztapalapa tiene su propio Templo Mayor, el cual fue erigido durante la época prehispánica en honor al guerrero mexica Cuitláhuac, y para que la gente pueda apreciar parte de sus , las autoridades de esa alcaldía, en coordinación con el , trabajan en la apertura de una ventana arqueológica.

La obra es construida en plena explanada de la Macroplaza Cuitláhuac, en el centro histórico de la demarcación, a escasos metros del edificio sede de la alcaldía y a unos pasos de la estatua del también conocido Señor de Iztapalapa, hermano del emperador Moctezuma Xocoyotzin.

El Templo Mayor de Cuitláhuac se encuentra justo debajo de la Macroplaza, y está conformado por diversos edificios arqueológicos, uno de los cuales es una plataforma piramidal de al menos 35 metros de extensión en sentido norte-sur, aunque se desconoce su dimensión exacta, por lo que existe la posibilidad de que sea una de las piezas más importantes de dicho recinto sagrado de la antigua ciudad prehispánica de Iztapalapa, de acuerdo con arqueólogos del INAH.

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La obra de la ventana arqueológica de Iztapalapa está a cargo del arqueólogo Francisco Ortuño. Foto: Axel Sánchez / EL UNIVERSAL
La obra de la ventana arqueológica de Iztapalapa está a cargo del arqueólogo Francisco Ortuño. Foto: Axel Sánchez / EL UNIVERSAL

La obra de la ventana arqueológica de Iztapalapa, a cargo del arqueólogo Francisco Ortuño, comenzó en agosto de 2023 y su apertura en la superficie de la explanada principal de esa demarcación, previa aplicación de cuatro calas, ha permitido detectar parte de los pisos y muros de los edificios prehispánicos del Templo Mayor del también conocido como guerrero invicto de Iztapalapa.

Para investigadores del INAH, esta construcción brindará la oportunidad de recrear y comprender la importancia de la demarcación en la antigüedad, así como apreciar la complejidad arquitectónica y cultural de la ciudad.

Los antropólogos que trabajan en dicho proyecto han referido que la obra no sólo ofrece una ventana al pasado, sino también a la visión que Hernán Cortés tuvo de la ciudad en su segunda carta de relación, en la que describe las grandiosas casas, jardines y albercas que la adornaban la, por lo que con esta iniciativa se espera mantener viva la historia y el legado de ese lugar que fue testigo de eventos trascendentales en la historia de México.

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En septiembre de este año la obra llevaba 80% de avance, señaló Raúl Basulto, secretario de Obras. Foto: Axel Sánchez / EL UNIVERSAL
En septiembre de este año la obra llevaba 80% de avance, señaló Raúl Basulto, secretario de Obras. Foto: Axel Sánchez / EL UNIVERSAL

El origen del proyecto

El secretario de Obras, Raúl Basulto, compartió en entrevista que la alcaldía Iztapalapa y el INAH acordaron impulsar juntos la referida ventana arqueológica, luego de que en 2007 se descubrieron vestigios prehispánicos durante los peritajes del Proyecto de Investigación Antropológica Cerro de la Estrella (PIACE), en el centro histórico de Iztapalapa.

Ese año, recordó Basulto, se llevó a cabo la remodelación del Jardín Cuitláhuac y durante las obras se identificaron vestigios prehispánicos, por lo que se requirió la intervención del INAH, y el arqueólogo Jesús Sánchez, encargado de la exploración, les expuso el hallazgo de un edificio con plataforma piramidal, de límites aún desconocidos, el cual evidencia la relevancia de dicho recinto prehispánico para Iztapalapa.

“En aquella ocasión querían hacer un estacionamiento subterráneo para la alcaldía, y en ese momento se dieron cuenta de los hallazgos, el INAH se dio cuenta que teníamos vestigios arqueológicos, así que cerraron y taparon todo, hasta que en 2023 promovimos desde la alcaldía Iztapalapa hacer una ventana arqueológica, para conocer más de la cultura prehispánica de la alcaldía”, mencionó Basulto, quien entonces se desempeñaba como director general de Obras de esa demarcación cuando inició dicho proyecto.

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Hasta el año pasado en que comenzó la construcción de la ventana arqueológica, los hallazgos habían permanecido cubiertos; sólo en julio de 2008, con autorización del INAH, se exhibieron los vestigios arqueológicos al público, y después fueron protegidos nuevamente ante la fragilidad de las estructuras y algunos materiales descubiertos en las excavaciones del PIACE, como tiestos cerámicos, obsidiana y un par de vasijas de ofrendas.

Ahora, desde que inició la construcción de la ventana arqueológica el área de las obras está cercada con láminas de aluminio, con las cuales fueron habilitadas puertas provisionales por las que ingresa el personal a cargo y en las que hay un cartel que informa al público el tipo de trabajos que se realizan ahí.

Al interior del área cercada se pueden observar los avances de los trabajos, entre ellos una techumbre metálica, y el punto de la excavación donde podrán apreciarse los vestigios arqueológicos.

“Eso dicen, que aquí abajo hay restos de una pirámide, y que vamos a poder ver una parte ahora que terminen de hacer lo que están haciendo. Ya tienen varios meses trabajando y no han dicho cuándo estará terminado”, comentó Rosalba, quien vende dulces y botana en la Macroplaza.

Al respecto, Raúl Basulto comentó que cuando dejó el cargo de alcalde de Iztapalapa, en septiembre de este año, la obra llevaba 80% de avance, por lo que estimó que a la actual administración de la alcaldía podría llevarle un mes en concluir los trabajos.

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“Yo la dejé prácticamente encaminada, yo creo que es cuestión de un mes, cuando mucho, que estuviera concluida, porque la excavación ya había terminado y sólo el INAH nos pidió que pusiéramos una techumbre para proteger la excavación que se había hecho, entonces todo eso se quedó en proceso cuando yo salí de la alcaldía Iztapalapa y faltaba muy poco”, enfatizó el secretario de Obras.

Conexión con el Cerro de la Estrella

El hallazgo de los vestigios del Templo Mayor de Cuitláhuac forma parte del Proyecto de Investigación Antropológica Cerro de la Estrella, el cual es un lugar arqueológico ubicado en la parte más alta de ese espacio.

De acuerdo con las investigaciones del INAH, en épocas del posclásico mesoamericano, el Cerro de la Estrella, entonces llamado Huizachtécatl, era el escenario de la celebración del Fuego Nuevo, donde sacerdotes mexicas interpretaban señales que observaban de las constelaciones.

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En la actualidad, además de conservar parte la estructura original donde se llevaba a cabo tal celebración, el Cerro de la Estrella cuenta con el Museo del Fuego Nuevo, donde hay piezas arqueológicas que documentan la ceremonia y la existencia de las pirámides de la zona.

El área del Cerro de la Estrella es ahora un parque natural y está catalogada como zona protegida, la cual es visitada por corredores, paseantes y personas que acuden al Museo del Fuego Nuevo.

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