El Gobierno de la Ciudad de México aseguró que los errores de diseño en la obra de la Línea 12 del Metro no podrían haberse corregido con inspecciones visuales rutinarias, como lo indicó la firma noruega DNV en el tercer informe de Análisis Causa-Raíz.

“¿Se realizaron las inspecciones? Sí, en 2019 y 2020. ¿Se podría haber detectado una deflexión desde el nivel de calle? No. ¿Se podría haber evitado el colapso con inspecciones visuales? No. ¿Y la inspección con base en el manual de mantenimiento que ellos califican como deficiente pudo haber evitado el colapso originado por errores de diseño y fallas en la construcción? No”, aseguró el titular de la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse), Jesús Esteva.

En un mensaje a medios, acompañado por los secretarios de Gobierno, Martí Batres; de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Myriam Urzúa; de Movilidad, Andrés Lajous, y de Administración y Finanzas, Luz Elena González, Esteva Medina respondió al dictamen de DNV que concluyó que fallaron el diseño, la instalación de pernos, la certificación de obra civil y la inspección del mantenimiento.

Afirmó que DNV es inconsistente al incluir temas de mantenimiento en las causas del colapso, cuando la propia empresa señaló que aun cuando el puente elevado se hubiera construido con forme a la norma, “los pernos más críticos” habrían fallado tras el paso de 1.25 millones de trenes, o aproximadamente 14 años. La Línea 12 ha operado 10 años.

Agregó que mientras en el segundo reporte DNV indicó que hay una deflexión en la viga norte mayor a 7.62 centímetros, que no era detectable en una inspección visual simple; en el tercero señaló que sí eran detectables en una inspección a nivel de calle y utilizó como único sustento imágenes de baja calidad obtenidas a través de Google Street View.

“Sin embargo, precisó que la deflexión estaba dentro de lo permitido de acuerdo con el Reglamento de Construcciones del Distrito Federal, el cual establece un máximo de 11.7 centímetros”, expuso el secretario.

Esteva Medina comentó que en el tercer reporte DNV mencionó que no se realizaron inspecciones rutinarias, pero sí reconoció que se les entregaron los resultados de las de 2019 y 2020.

Otro de los puntos que cuestionó el gobierno local es que la firma expuso que no se supervisó la obra con forme al manual de mantenimiento, pese a que también recomendó que dicho documento debe ser ajustado.

“Con base en lo expuesto previamente, se confirma que el reporte tres contiene contradicciones y fallas técnicas respecto al reporte uno y dos, razón por la cual ha sido rechazado por la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil”, sentenció Esteva Medina.

“Confunden las causas directas del colapso”

Myriam Urzúa precisó que se solicitó a la empresa ahondar en las consecuencias del error de diseño señalado en los informes dos y tres, así como apegarse a la metodología presentada originalmente por DNV.

“Sumado a lo anterior, en el documento se confunden las causas directas del colapso, problemas de construcción y de diseño —ya establecidos por la empresa en el dictamen final fase dos—, con las barreras preventivas que, según su propia definición, son controles, sistemas, prácticas y procedimientos que podrían haber contribuido a prevenir el colapso. Es por estas razones que el documento de la empresa, hasta el momento, no ha sido considerado como aceptado formalmente”, dijo.

Lo anterior ha sido causa de que el Gobierno capitalino comenzara una rescisión del contrato con DNV, así como interponer un juicio civil.

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