La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ) de momento tiene pocos avances sobre el caso de Tadeo, el bebé cuyo cadáver fue robado del panteón San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, y fuera encontrado en el basurero de un penal en Puebla.
Los primeros peritajes realizados por especialistas revelan que, presuntamente, los profanadores ingresaron por la parte trasera del camposanto, donde una barda caída les facilitó el acceso.
Las autoridades no descartan que empleados o extrabajadores del lugar pudieran formar parte de una red que se dedica al robo de cadáveres y osamentas en panteones del oriente de la Ciudad, esto principalmente porque el lugar es muy grande y “pocos conocen” el lugar destinado a los menores que son enterrados ahí; además de que se determinó que el cadáver de Tadeo fue robado un día después del sepelio.
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Así, una de las principales hipótesis que se plantean los agentes de investigación para la resolución de este caso es que, posiblemente, el cuerpo del menor fue utilizado para realizar actos de brujería o santería, incluso, se busca recabar información para ubicar a las personas que “vendieron” el cadáver del bebé en el mercado negro, donde se sabe, para un acto así se puede invertir de 10 a 20 mil pesos.
En este sentido, también llamó la atención de las autoridades que el cuerpo fue enterrado a sólo un metro de profundidad, lo que facilitó a los profanadores extraer cadáver en minutos y sin mucho esfuerzo, lo que refuerza la versión de que posiblemente los empleados del panteón proporcionaron información, o incluso, facilitaron esta situación.
Al respecto, el vocero de la fiscalía, Ulises Lara, dijo en conferencia que se trata de “un caso atípico y que no se tiene registro de uno con características similares en la Ciudad de México”, y confirmó que Tadeo nació en el Estado de México y presentó problemas congénitos que lo llevaron a ser atendido en un hospital de la alcaldía Iztacalco, donde fue intervenido quirúrgicamente en varias ocasiones por padecimientos en el sistema digestivo, y falleció el pasado 5 de enero, por una infección generalizada.
Según los peritajes, el bebé fue inhumado el mismo día y fue cuatro días después, es decir, el 10 de enero, cuando su cadáver fue hallado en el estado de Puebla.
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Al respecto, personal ministerial, pericial y detectives de la Policía de Investigación de la Fiscalía de Asuntos Relevantes de la Coordinación de Investigación de Delitos de Alto Impacto han llevado a cabo desde el pasado viernes diversas diligencias, como entrevistas con los padres del menor, y con personal del panteón, inspecciones en la tumba e inmediaciones del cementerio, análisis de cámaras. De igual manera se recabaron indicios en el lugar donde fue inhumado el cuerpo, así como en el féretro.
La alcaldesa de Iztapalapa, Clara Brugada, informó que el administrador del panteón de San Nicolás Tolentino fue separado del cargo y los 148 trabajadores de base, así como que los 300 auxiliares rendirán declaración ante la fiscalía local. “Todos están a disposición de la dependencia local”.
Anticipó un proceso de vigilancia en el panteón y una reestructuración de los camposantos de Iztapalapa, con seguridad, vigilancia remota, drones y cámaras, así como más patrullas.
En Puebla se han girado 23 órdenes de aprehensión contra funcionarios estatales involucrados en la aparición del cuerpo de Tadeo en el penal de San Miguel.
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El gobernador Luis Miguel Barbosa detalló que ya se han cumplimentado 21 de las 23 órdenes y son supervisores, custodios y todo un esquema relacionado con el sistema penitenciario estatal.
*Con información de Édgar Ávila.