Metrópoli

Indagan asalto al interior de la Central de Abasto

Empleado realizaría depósito por 150 mil pesos; fue interceptado por dos sujetos armados

Según las investigaciones, los delincuentes conocen los días y horarios en que depositan los comerciantes. Foto: Archivo / EL UNIVERSAL
24/11/2023 |03:40
David Fuentes
Reportero de la sección MetrópoliVer perfil

Los robos a mano armada dentro de la Central de Abasto (Ceda) continúan. La delincuencia ha robado más de medio millón de pesos en efectivo, pues los empleados que acuden a depositar en alguno de los bancos que están dentro de este lugar, son asaltados en medio del tumulto de gente.

El robo más reciente ocurrió la tarde de este jueves en la zona de aves y cárnicos, frente a la bodega B-12. El empleado de una empacadora iba a depositar 150 mil pesos, producto de la venta del día, y antes de llegar al Banorte que está ahí dentro, fue interceptado por dos sujetos armados que lo amagaron, le arrebataron una mochila en la que llevaba el efectivo y luego, según la víctima, se perdieron entre los clientes.

Consta en la carpeta de investigación, FIIZP/UAT-IZP-5/UI-1 S/D/02251/11-2023, que se inició por este robo, que a pesar de que los mismos empleados buscaron a los delincuentes, nunca los pudieron encontrar. A este expediente se suman otros registrados esta misma semana al interior de la Central de Abasto, respecto de depósitos superiores a los 150 mil pesos.

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De acuerdo con la administración de la Ceda, en ese lugar todos los días convergen unos 62 mil vehículos, dos mil tráileres, mil 500 camiones Torton y 58 mil 500 autos y camionetas para el abasto.

Al día acuden en promedio 350 mil visitantes a realizar transacciones comerciales, y en épocas especiales (romerías de Semana Santa, Día de las Madres, Día de Muertos y Navidad) se recibe hasta 500 mil personas al día. Cuenta además con 636 cámaras, 100 botones de pánico y 50 cámaras con reconocimiento facial que permiten vigilar las instalaciones las 24 horas del día.

De momento, sobre los robos de temporada, las investigaciones de la fiscalía capitalina apuntan a que son “delincuentes ocasionales” que conocen los pasillos del lugar y ahí mismo se esconden, y gracias al conocimiento que tienen de la actividad de los dueños de las bodegas y comerciantes, saben los días y horarios de los depósitos, y ubican bien a quienes hacen este trabajo.

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