Desde los dos microsismos ocurridos en inmediaciones de la alcaldía Álvaro Obregón, la vida de los habitantes de la colonia Las Águilas, en la llamada zona cero, ha cambiado.
“Pues preocupados de estos dos temblores, son sacudidas en el piso muy rápidas que nos agarran desprevenidos, pues no suena la alerta sísmica” dijo Paloma Hernández, habitante del lugar.
Otro vecino, Raúl Hernández dijo que estos microsismos crean inseguridad entre la comunidad. “No sólo temor, incertidumbre porque el sentir el movimiento sin aviso previo pues te puede pasar cualquier cosa, no te da oportunidad de ponerte a salvo”.
En la llamada zona cero se han suscitado dos microsismos, uno el 10 de mayo, Día de las madres que se registró a las 18:41 horas y que tomó por sorpresa a vecinos, pues debido a que su epicentro fue en la colonia Las Águilas no se activó la alerta sísmica.
El segundo microsismo se detectó ayer domingo 14 de mayo a las 15:26 horas, también en la alcaldía Álvaro Obregón, con una magnitud de 1.8 grados y con una profundidad de dos kilómetros.
“Terrible, pensé que la casa se iba a caer, casi lo sentí como de siete grados, fue una cosa muy impresionante, ayer (14 de mayo) tembló como a las 5:30, no tan fuerte, si se oyó crujir la casa” señaló la señora María Elena, habitante de la zona.
Aunque algunas personas detectaron el movimiento telúrico, otras más ni se dieron cuenta. “Yo la verdad no sentí nada, dicen que tembló rápido pero no lo sentimos” explicó Mariana, quien a esa hora veía la tele en su casa.
La Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) emitió una tarjeta informativa sobre la reciente sismicidad ocurrida en la Ciudad de México, en la que se informó que estos movimientos son naturales, que no representan riesgo para la población y que no son porque venga un sismo de gran magnitud.
El Servicio Sismológico Nacional (SSN) registró el 10 y 11 de mayo una serie de 15 sismos con epicentro en la Ciudad de México, con rango de magnitudes entre uno y tres grados, mientras que las profundidades detectadas variaron entre 1 y 1.5 kilómetros.
Se llegó a la conclusión de que el sustrato rocoso de la Ciudad de México, al igual que algunas zonas de lomas (terreno firme) alrededor de ésta, se caracteriza por la presencia de pequeñas fallas geológicas activas, similares a las que están casi en cualquier lugar del territorio nacional.
Se precisó que estos microsismos no se relacionan con la actividad del volcán Popocatépetl, ni la actividad sísmica de otras regiones del país, pues son fenómenos geológicos independientes.