Con una mezcla de incertidumbre y esperanza, avanza el proceso de transición de personal eventual de la Secretaría de Salud de la Ciudad de México (Sedesa) al Organismo Público Descentralizado IMSS-Bienestar.

María Salazar contó a EL UNIVERSAL que cumplirá 19 años de laborar en un hospital de Sedesa en octubre próximo. Sin embargo, es una trabajadora eventual, que ejerce como secretaria, pese a contar con licenciatura en sicología.

Tras casi dos décadas de firmar contratos de forma anual —lo que le impide generar antigüedad— la promesa de tener una base y cambiar de adscripción para ejercer su profesión, le da esperanza.

“Yo soy sicóloga, pero funjo en este momento como secretaria. Supuestamente va a haber oportunidad para que yo pueda cambiar de adscripción, de categoría. Por ejemplo, si yo presento mis documentos, si ellos tienen una oportunidad para sicología, que es lo que yo desempeño, me darían oportunidad; eso sería una buena oportunidad”, expresó.

Igual que ella, decenas de médicos, enfermeras y personal de salud acudieron este viernes al Centro Cultural Ollin Yoliztli, en Tlalpan, para dejar su documentación. Al mediodía, la fila rebasaba 100 personas. A la mayoría, contaron, se les avisó un día antes que tenían que ir a dejar sus papeles.

Pese a sus años trabajados y a haber enfrentado una de las crisis sanitarias más duras de los últimos años, que fue la pandemia de Covid-19, María advirtió la falta de reconocimiento a su trabajo y al de quienes estuvieron en el primer frente de batalla contra el virus.

“Muy injusto. A la gente de base que estuvo al pie del cañón, cuando le dio Covid y se incapacitó les querían descontar, a nosotros ni siquiera un gracias. Ah, pero la incongruencia de que las personas de nueva contratación que entraron por honorarios, a ellos ya les dieron una base, ¿por qué? ¿Es un premio por haberse esforzado en la pandemia?”, cuestionó.

María también señaló que existe mucho sesgo en la información que se otorga, así como dudas, sobre todo entre el personal de mayor edad, de tener que “volver a empezar” en caso de que este proceso implique ser recontratados.

“Hay muchísima gente que tiene años trabajando y se me hace un poco injusto que te digan: ‘te vamos a contratar como nuevo ingreso’. Yo soy una persona que rebasa los 50 años, ¿empezar de nuevo, pues cuándo me voy a jubilar? Una persona de más de 60 años empieza el declive de todas sus facultades”, aseveró.

A Carmen Soriano, una enfermera que lleva más de 10 años trabajando, no le parece justo tener que volver a llevar sus documentos como si fueran a pedir empleo por primera vez.

“No nos quieren validar nuestra antigüedad tampoco. Fueron a los hospitales, nos dieron una información y después fue otra y otra y nunca nos dieron información clara”, indicó.

En medio de la fila, antes de pasar a entregar sus documentos, Carmen recordó los momentos más complicados de la pandemia, en los que hubo muertes entre sus compañeros. “Fue muy estresante y eso no lo tomaron en cuenta, y ahora nos hacen venir y eso no es justo”, subrayó.

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