“Mi hermano se encuentra en coma, estamos esperando un milagro y que le realicen una operación, contó con voz entrecortada Salvador Valencia, hermano de Jonathan , hombre agredido el martes pasado frente a una cámara del C5 de la Secretaría de Seguridad Ciudadana en la colonia Calyequita Tulyehualco, en Xochimilco.

Según Salvador, al contrario de las primeras versiones en las que se dijo que la víctima, de 36 años, bebía con sus agresores, su hermano estaba desayunando cuando fue atacado.

“Mi hermano estaba sentado en una jardinera cuando fue atacado por este sujeto, en el video se puede ver que tenía un tamal y un atole en la mano”.

Jonathan fue atropellado hace años y se le sometió a diversas operaciones en el pie izquierdo por lo que usaba bastón; sin él, se caía.

“Nos da coraje este abuso, lo que nos contaron unas personas fue de que esta persona, que iba con otros sujetos, llegó al lugar y le roció un líquido inflamable a mi hermano y después lo empezó a agredir”.

“No sabemos el motivo de la agresión , sabemos que el agresor se llama , vive en Tulyehualco ”, contó Salvador.

"Nadie se metió y con toda razón": Comerciantes sobre ataque

Un comerciante que presenció el ataque contó que éste ocurrió hacia las 7:30 de la mañana, pero la policía llegó media hora después.

“Pero nadie se metió y con toda razón, imagínese que yo me meta y que me claven el palo a mí, tengo familia que cuidar. Además, cuando llegaron los policías se querían llevar a uno de los polleros que le echó agua al chavo para apagarle el fuego”, dijo el hombre que se negó a decir su nombre.

Jonathan está en coma y los médicos han dicho a la familia que hay pocas esperanzas de que se salve.

“Nos dijeron que el palo se introdujo por uno de los orificios de la nariz y alcanzó a perforar su cerebro, su situación es muy difícil”.

En el cruce de División del Norte y Hermenegildo Galeana, donde ocurrió el crimen, se percibe un ambiente de miedo e incertidumbre entre quienes presenciaron el ataque. Comerciantes y personas que trabajan ahí se negaron y a hablar y otros aseguran no haber estado presentes.

“Aquí nadie le va a decir nada, tenemos miedo, imagínese, si casi matan al joven, ¿qué nos van a hacer a nosotros por habladores?”, dijo un comerciante de la zona.

Consultada, el área de comunicación de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, informó que ya se tenía ubicado al agresor y demás implicados, y que en las próximas horas se esperaba su detención.

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Ningún testigo intervino en parar la agresión  

Sara Unda, doctora en psicología social por la UNAM, considera que un crimen de ese tipo, en el que se aprecia violencia extrema, es propio de personas que han perdido la noción por consumo de alcohol o drogas.

“La parte del cerebro que se encarga de los valores del análisis es la frontal, la prefrontal es la que analiza, pone atención y genera memoria, ambas se ven afectadas por el alcohol, por lo tanto lo que está presente son los aspectos más animales, es decir las emociones”.

Quien agrede en esa forma a alguien indefenso, agrega, puede tener rasgos psicopáticos cómo agregó.

Algo que llamó la atención fue la pasividad de quienes vieron el ataque y no intervinieron para defender a Jonathan, pero tampoco presionaron el botón de pánico del C5 que estaba a unos pasos del sitio en que el hombre era agredido.

“Las emociones son contagiosas, si alguien se hubiera metido tal vez más gente hubiera intervenido, pero nadie dio el primer paso. Desde hace mucho la gente ha naturalizado la violencia”.

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