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Aunque en menor escala, los hombres denunciaron que también durante esta cuarentena fueron víctimas de agresiones, amenazas e intimidaciones por parte de sus parejas sentimentales mujeres, a quienes acusan de golpearlos, lanzarles cosas y amagarlos con cuchillos.
Los hombres refirieron que optaron por aguantar las “humillaciones” por una sana convivencia.
Según las denuncias recibidas en la Fiscalía General de Justicia (FGJ), la molestia de las presuntas agresoras fue que ellos estuvieron la mayor parte del tiempo en redes sociales, lo que hacía que no buscaran trabajo o cómo solventar los gastos.
En algunas denuncias se menciona que las mujeres pedían ayuda a familiares para golpear a los maridos.
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Durante los últimos tres meses, la fiscalía registró 30 quejas de hombres que, aseguraron, fueron víctimas de agresiones por parte de sus parejas. La cifra es mucho menor a la violencia que padecen las mujeres; sin embargo, repuntó considerablemente, pues hasta febrero de 2020 apenas se tenía registro de una denuncia.
A Camilo, por ejemplo, su esposa lo corrió del domicilio en ropa interior y lo exhibió con sus vecinos en la colonia San Miguel, alcaldía Iztapalapa. Lo anterior, porque la “víctima” se metió al baño con su tableta electrónica, se tardó y la mujer pensó que estaba “siendo infiel” o viendo pornografía.
El hombre de 28 años explicó a sus vecinos y a la autoridad que en realidad se quedó dormido dentro del baño y despertó cuando su esposa tiraba la puerta.
Lo golpeó, lo sacó al patio de la vecindad y ya con gente alrededor pidió que los llevaran a ambos al Ministerio Público para que quedara un antecedente de la agresión.
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Apenas el domingo pasado, también en Iztapalapa, Rodrigo solicitó ayuda médica luego de que su mujer lo golpeara “con el puño cerrado”, lo que le provocó que se le cayera un diente.
Según lo asentado en la carpeta de investigación, luego del ataque el hombre salió del domicilio y se fue con su mamá, al tiempo que pidió medidas restrictivas en contra de su esposa.
Estas quejas se concentran en Iztapalapa, Cuauhtémoc y Gustavo A. Madero, y una vez que se entabla el diálogo con las autoridades, ambas partes desisten de seguir con el proceso legal.
