Alejandro Encinas, próximo titular de la nueva Secretaría de Planeación y Ordenamiento Territorial, plantea “romper con los límites territoriales” que en ocasiones impiden establecer políticas públicas comunes con entidades y municipios colindantes con la Ciudad de México, para atender aspectos que van desde la movilidad y seguridad hasta el abastecimiento de agua.
En entrevista con EL UNIVERSAL, considera que se debe dejar atrás la antigua visión y la “tensión” que hay entre las políticas de desarrollo urbano y las de protección del medio ambiente y, en su lugar, trabajarlas de forma horizontal e incorporar una dimensión metropolitana que ha estado ausente.
“Tenemos que dejar atrás aquella vieja visión y la tensión que existía entre las políticas de desarrollo urbano y las de protección del medioambiente para tener un trabajo horizontal, donde veamos al mismo tiempo las políticas de urbanismo y de medioambiente, los temas del desarrollo económico y del bienestar social, e incorporar algo que ha estado ausente durante mucho tiempo, que es la dimensión metropolitana”, expone.
Encinas, cuya dependencia sustituirá a la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), afirma que el escenario actual es “inmejorable” para la implementación de políticas metropolitanas, toda vez que “se alinearon los astros” en el sentido de que la Presidencia de la República, los gobiernos del Estado de México, Hidalgo, Puebla, Tlaxcala, Morelos y Ciudad de México, así como algunas presidencias municipales colindantes, como Nezahualcóyotl, Ecatepec y Naucalpan pertenecen al mismo movimiento político (Morena).
No obstante, dice que no se trata únicamente de aprovechar esta “coyuntura” de gobiernos afines, sino de generar instituciones y políticas que perduren más allá de la gestión gubernamental, además de retomar experiencias de coordinación pasadas con buenos resultados.
Un ejemplo, señala, han sido las acciones y políticas conjuntas implementadas en el entonces Distrito Federal y el Estado de México, como el Hoy No Circula, la verificación vehicular o las normas para emisiones contaminantes a la atmósfera, las cuales resultaron muy exitosas para enfrentar la problemática de contaminación por ozono desde finales de los 90 y en este siglo.
Uno de los temas que llama mucho la atención a los ciudadanos es el Metro; usted mencionaba la posibilidad de llevar el Metro a zonas como Ecatepec, ¿cómo lograr que no se quede en una promesa?
—Tenemos que construir un acuerdo importante con la participación del gobierno federal, porque se requieren recursos federales. El Metro se construyó fundamentalmente con recursos federales, pues la Ciudad entonces era departamento del Distrito Federal; solamente las Líneas B y la 12 fueron construidas directamente por la Ciudad.
Explica que si bien el gobierno del Estado de México figura en el órgano de administración del Metro, hasta ahora no ha hecho ningún tipo de inversión ni participa en el mantenimiento, por ello, considera replantear esta relación, de tal manera que junto con la administración federal y mexiquense se analice la posibilidad de extender algunas líneas, con miras a que siga siendo el eje del sistema de transporte de la Ciudad y de la metrópoli.
“Más allá de lo que se ha hecho hacia Los Reyes La Paz y lo que se ha hecho hacia Ciudad Azteca, que pueda consolidarse; por ejemplo, la extensión del Metro de Indios Verdes a San Cristóbal, o de Martín Carrera vincularlo hacia otras zonas del Estado de México. Esto implica romper con los límites territoriales que en ocasiones han impedido el establecimiento de políticas comunes y creo que puede haber resultados en un corto plazo, más aún reconociendo una realidad de que 60% de los usuarios del Metro son personas que viven en el Estado de México”, puntualiza.
En materia de agua, adelanta que el nuevo modelo de gestión hídrica de la CDMX estará encabezado por el gobierno federal, por lo que la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, dio la instrucción de hacer un plan maestro en coordinación con los gobiernos de Hidalgo, Estado de México y el capitalino para analizar no solamente la posibilidad de contar con nuevas fuentes de abastecimiento, sino aprovechar las aguas que se tienen en la zona metropolitana, como los humedales de Tláhuac o la presa Madín, en Naucalpan.
Sobre este plan maestro, se espera que se empiece a instrumentar a partir del 1 de octubre y tenga resultados “puntuales y concretos”.
Alejandro Encinas también plantea el trabajo metropolitano en materia de seguridad, tomando en cuenta experiencias previas, como fue en su momento la coordinación entre corporaciones del Estado de México, Hidalgo y la Ciudad con un mando único rotativo.
Considera que el uso de una frecuencia común en el momento de la radiocomunicación, hacer operativos conjuntos y una Policía Metropolitana que garantice labores de investigación e inteligencia entre cuerpos de seguridad de las entidades incluidas, “sin lugar a dudas puede tener mucho mejor resultado”.
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Su función será mediar esta coordinación con otras entidades, pero también tendrá que trabajar con las otras secretarías del gobierno...
—Quiero precisar una cosa: la relación con el gobierno federal, con el Poder Legislativo, el Congreso de la Unión, las alcaldías le corresponde a la Secretaría de Gobierno, es una de sus funciones fundamentales. Aquí vamos a discutir las acciones y políticas de carácter metropolitano que vamos a emprender, y por supuesto, en todo esto, como se trata de acciones transversales, participan prácticamente todas las secretarías, porque todas tenemos que ver con la dimensión, no solamente de las políticas públicas en la Ciudad, sino en la Zona Metropolitana.
Sobre el primer encargo que le dio la jefa de Gobierno electa, Clara Brugada, Encinas destaca el objetivo de fortalecer las tareas de planeación y desarrollo, pero particularmente, atender el territorio, en consonancia con uno de los ejes que ha anunciado la próxima mandataria para su administración, con la del Gobierno de la Ciudad de México a las 16 alcaldías.