Dieciocho días después de que en un penal de Puebla fue encontrado el cuerpo del bebé Tadeo, exhumado del Panteón de San Nicolás Tolentino, en Iztapalapa, la alcaldía desplegó fuerza laboral para rehabilitar este cementerio, el cual tiene un notable descuido: pasto crecido, tumbas deterioradas, fosas abiertas, lápidas rotas, una gran cantidad de basura y hasta accesos clandestinos.
Este viernes, trabajadores de Iztapalapa iniciaron labores de urbanización, limpia de tumbas, poda del césped, cambio de luminarias y bacheo en las calles.
Tadeo falleció el 6 de enero y un día después fue enterrado en este panteón. Se estima que ese mismo día fue exhumado, pero hasta el 10 de enero fue hallado en un penal de Puebla.
Aún se desconoce para qué fue utilizado. Algunas versiones apuntan a que sirvió para ingresar droga a la prisión o realizar un rito de santería.
Este viernes, la alcaldesa Clara Brugada encabezó un recorrido por San Nicolás Tolentino para conocer la problemática.
Antes de las 9:00 horas, arribaron decenas de trabajadores, pipas de agua, camiones de carga para el retiro de cascajo, máquinas excavadoras y grúas para el cambio de luminarias.
Al interior del panteón es evidente la basura amontonada, hierba crecida que cubren las tumbas, bardas dañadas, criptas rotas y vandalizadas.
Durante un recorrido, EL UNIVERSAL constató el despliegue de trabajadores en San Nicolás Tolentino. Se conformaron equipos de más de 70 personas y los líderes de las cuadrillas dieron la instrucción de “dejar el panteón lo más limpio posible, sin hierba, sin basura”, además de tener cuidado con portar el cubrebocas, incluso, “no sentarse a descansar, pues medios de comunicación estarán pendientes de las labores que realizan”.
Esta casa editorial platicó con algunos visitantes que acudieron a llevar flores a sus muertos.
Se extrañaron de ver tanto movimiento, incluso taxistas que de manera recurrente entran al cementerio a dejar a familiares afirmaron que por años ha estado descuidado, “y en el olvido”, “¡órales, hasta están bacheando!”, dijo don Carlos, quien es taxista y vive a 10 minutos del cementerio.
El sitio donde Tadeo fue sustraído sigue acordonado y vigilado. Se aprecia un patito que sus familiares le colocaron el día que fue sepultado. Al costado, arrumbado, permanece un arreglo de rosas blancas secas.