Cuautitlán Izcalli, Méx.— Para las señoras Susana y Esperanza, no es fácil cambiarse de casa a otro lado, pues han echado raíces en la colonia Ejidal San Isidro. A pesar de vivir a orillas de la cortina de la presa de El Ángulo, afirman que se mantendrán firmes y esperando que no se reviente.
Para el caso de Susana, quien habita desde hace 15 años una vivienda localizada en la calle Recursos Hidráulicos, no es opción buscar un nuevo hogar, ya que ahí decidieron invertir para construir y la situación económica actual no les permitiría tener otro espacio.
En fechas recientes, con las fuertes lluvias que han ocurrido y que derivaron en la apertura de compuertas por parte del gobierno municipal para realizar desfogues controlados, el agua de la presa de El Ángulo comenzó a correr por el patio de su casa, filtrándose en un pequeño orificio encontrado en uno de los pilares de la cortina.
A pesar de ello, el líquido no se metió a su casa y únicamente ha dejado que escurra hasta terminar en la calle, continuando con sus actividades normales, colgando su ropa para que se seque en un mecate sostenido entre su casa y uno de los pilares que fueron colocados hace tres años por la Comisión de Aguas del Estado de México (CAEM) para reforzar la cortina de la presa, la cual tiene alrededor de 100 años de antigüedad.
“Teníamos dos años sin que escurriera tanto, vinieron los de CAEM, construyeron ese pilote y se fueron. No taparon el hoyo porque es mejor que se quedara así para drenar el embalse. De hecho, hasta ellos me echaron el cemento para mi patio porque no estaba así, esto era pura tierra y ahora ya tengo patio.
Susana contó que en cada temporada de lluvias, abre las puertas de su casa para que entren tanto personal del gobierno municipal y estatal, de instancias como Protección Civil, policías y de la CAEM, quienes revisan las condiciones de la cortina, donde incluso le explicaron que ninguna casa pegada al embalse puede realizar perforaciones para levantar alguna construcción adicional a sus casas.
Esperanza lleva 30 años viviendo ahí, a tres casas de Susana. Llegó con sus dos hijos proveniente de Oaxaca y ahora vive sola en el lugar, donde también levantaron hace tres años un nuevo pilar de concreto para dar soporte a la cortina de la presa de El Ángulo.
“Si ya nos toca, ni modo. ¿Ya qué hacemos?, nunca nos ha tocado que se reviente, sólo el agua en las calles. No entra a mi casa porque está alto aquí, a otros vecinos sí se les mete. Yo nunca me he salido, pero si vienen y me dicen que me pagan una cantidad por mi casa, pues sí me salgo; no es fácil salirme así nada más porque sí. Son 30 años de vida y mi casita nos costó mucho trabajo”, dijo Esperanza.