La Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México dio a conocer que, como parte de una estrategia para esclarecer un feminicidio registrado en 2016, ofrece un millón de pesos de recompensa para la persona que proporcione información sobre la ubicación de Julio Iván Ruiz Guerrero y Gabriel Eduardo Galván Figueroa, ambos imputados por la muerte de María de Jesús Jaimes Zamudio, crimen que hasta la fecha está impune.
En aquella ocasión, consta en el expediente, la entonces procuraduría captalina cerró el caso y determinó que el feminicidio de la joven se trato de un suicidio; sin embargo y debido a varias irregularidades encontradas en la indagatoria, el caso fue reclasificado por la actual administración, que abrió otra pesquisa, así lograron establecer que los imputados Julio Iván Ruiz Guerrero y Gabriel Eduardo Galván Figueroa pueden ser los responsables.
Marichuy era estudiante del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Julio Iván Ruiz Guerrero, su profesor, y Gabriel Eduardo Galván Figueroa, su presunto amigo. Con base en los testimonios recabados en la nueva investigación, se reveló que ambos sujetos intentaron agredir sexualmente a la víctima, luego de forcejear con ellos, la arrojaron desde un quinto piso, lo que le provocó la muerte.
Marichuy agonizó por más de ocho días en un hospital, pues la caída le provocó fractura de cráneo y piernas; luego de entrar en coma, falleció. Desde el accidente, la madre de la joven estudiante y basquetbolista de alto nivel nunca creyó en la versión del “suicidio” que notificó la entonces procuraduría.
Elidieth Yesenia Zamudio, madre de Marichuy, de inmediato sospechó de los ahora prófugos de la justicia, pues el profesor la acosaba sexualmente y su compañero de clase la bulleaba.
La lucha de la madre de Marichuy por llegar a la verdad hizo que la Comisión de Derechos Humanos (CDH) de la capital del país emitiera una recomendación, pues, tras realizar su investigación, detectó que “hay omisiones, ineptitud y falta de interés por parte de diversos servidores públicos” para aclarar los hechos. Gracias a eso, el IPN se disculpó públicamente por el feminicidio de Jaimes Zamudio.
La madre de la joven denunció en repetidas ocasiones que la institución educativa nunca le brindó ni el apoyo ni la asesoría necesaria, reveló incluso que los directivos intentaron proteger al profesor y la tacharon de “loca” cuando pedía la investigación y destitución del catedrático y del alumno; ambos ahora son buscados por la autoridad local, de momento se sabe que escaparon de la Ciudad de México, pero tienen ubicado el rastro en entidades del sureste del país.
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