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El exagente de la Policía de Investigación, Miguel Ángel Carmona, alias El Licenciado Carmona, ligado con un brazo operativo de La Unión Tepito —organización a la que buscaba reagrupar—, utilizó varias rutas para coordinar a colombianos para la extorsión gota a gota, según las investigaciones de la Fiscalía General de Justicia (FGJ) local.
Agrupadas en los tomos CI-FIDDS/E/UI-1 C/D/00065/01-2021 y su acumulada CI-FIDDS/D/UI-UNIDAD 19/023/04-2021, los investigadores detectaron cómo Miguel Ángel Carmona y su socio y abogado, José Alejandro Moreno Licea, El Tesoro, operaron el gota gota en la Ciudad de México en las alcaldías Iztapalapa, Cuauhtémoc, Venustiano Carranza, Xochimilco, Gustavo A. Madero, así como en diversos municipios del Estado de México.
Todas las operaciones eran coordinadas por Carmona y una sociedad delictiva que tenía a su cargo, en donde, al menos cuatro personas más, hoy prófugas de la justicia, formaban parte del organigrama principal de este brazo operativo.
Moreno Licea se encargaba de realizar el cobro de las rutas y asistir a los integrantes de su organización.
Esto llevó a la FGJ a cumplimentar órdenes de aprehensión por el delito de asociación delictuosa en agravio de la sociedad en contra de El Licenciado Carmona y El Tesoro al interior del Reclusorio Norte.
Según fuentes, la cara de Miguel Ángel Carmona fue de sorpresa, una vez que se le leyó un nuevo cargo en su contra, pues se sabe que el gota a gota lo comenzó a operar en la capital, valiéndose de su cargo como agente de la Policía de Investigación de la FGJ.
Además de las extorsión, también coordinaban el trasiego de drogas, los cobros, daba protección a integrantes de La Unión Tepito, daban “pitazos” para “poner” a narcomenudistas a la vista de las autoridades o como ellos lo llamaban “darles cine”.
Carmona en la alcaldía Iztapalapa tenía habilitado un domicilio en la Unidad Habitacional Vicente Guerrero como despacho jurídico, en donde recibía a sus clientes, todos ellos delincuentes o integrantes de La Unión, a los que llegó a ayudar para que en audiencias de control pudieran quedar en libertad.
En ese mismo inmueble realizaban facturas apócrifas y credenciales; mientras que José Alejandro Moreno, El Tesoro, se encargaba de regular a colombianos que ponían bajo su organización.
Las autoridades intervinieron comunicaciones en las que pudieron conocer toda la estructura delictiva, parte de ella fue dada a conocer por EL UNIVERSAL en su edición del pasado 12 agosto.
Las autoridades pudieron conocer conversaciones entre Carmona y Pedro Ramírez, El Jamón, preso en un penal del Estado de México.
Lo asentado en los expedientes del caso indica que la asociación se comunicaba en por lo menos ocho números diferentes.