Tlalnepantla, Méx.—En un pequeño ataúd blanco rodeado de flores y juguetes, familiares y vecinos velaron los restos de la pequeña Mía Mayrin, de tres años de edad, en la cochera de una casa ubicada en la calle Club Excursionista Tepochtli de la colonia Lázaro Cárdenas, luego de que fue encontrada sin vida bajo pesadas rocas que aplastaron su vivienda en el cerro del Chiquihuite.
Al despedir a su hija, Jorge Armando coincidió con las abuelas de sus hijos: “Le pedimos mucho a Dios para que salgan —que encuentren los cuerpos de Paola y Jorge Dilan— para despedirlos como se merecen”.
“Cómo quisiera que tú vivieras...” cantaron casi en murmullo familiares y amigos, quienes sollozaron junto al pequeño ataúd blanco sobre el cual otros colocaron flores y un osito de peluche que le llevaron niños de la colonia y vecinos.
“Ya no hay esperanza” de encontrarlos con vida, sólo queremos poder despedirlos, afirmó entre sollozos Paula, abuela paterna de la niña.
En tanto, rescatistas de la Marina, del Ejército mexicano, bomberos de Tlalnepantla, Protección Civil y Cruz Roja, especialistas en búsqueda de personas en zonas de derrumbe, cumplieron 118 horas de trabajo continuo en la zona del deslave en busca de las otras dos víctimas, quienes cumplieron cinco días desaparecidos bajo pesadas rocas de más de 200 toneladas que se desprendieron del cerro.
Aumenta la inestabilidad y el riesgo
Las labores de búsqueda en la zona del derrumbe del cerro del Chiquihuite continuarán a pesar de que se incrementó el riesgo por la inestabilidad del terreno, por lo que las células de los rescatistas se tuvieron que compactar de ocho a sólo tres elementos apoyados por un perro para garantizar su seguridad y la de los equipos de trabajo y vecinos, informó Samuel Gutiérrez Macías, coordinador General de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo del Estado de México.
Junto con el alcalde de Tlalnepantla, Raciel Pérez Cruz, Gutiérrez Macías explicó que “la inestabilidad que tenemos hoy es mayor” en la zona del desprendimiento donde hay un alto riesgo de deslave, reiteró.
Gutiérrez Macías afirmó que la zona de alto riesgo se mantiene en un radio de 200 metros y que de las 141 familias notificadas que deben desalojar sus viviendas, 117 han decidido abandonar sus hogares para acudir a los albergues instalados por el gobierno municipal, otras se van con familiares y amigos.
Pirotecnia podría provocar nuevos derrumbes
Durante estas fiestas patrias no se debe detonar pirotecnia en un radio de 10 kilómetros a la redonda del cerro del Chiquihuite ante el riesgo de nuevos derrumbes, enfatizaron los titulares de Protección Civil y el alcalde de Tlalnepantla.
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Informaron que “para inhibir la venta y quema de juegos pirotécnicos en las comunidades aledañas a la zona del desprendimiento en el cerro del Chiquihuite, llevan a cabo recorridos” con la participación de personal de la Dirección de Promoción Económica, de la Coordinación de Protección Civil estatal y del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (Imepi), utilizando altavoces para exhortar a la población a evitar encender cualquier tipo de pirotecnia debido al riesgo.
Lo anterior porque la vibración que genera la pirotecnia puede desestabilizar la ladera y provocar un nuevo deslizamiento o confundir a los rescatistas con un sonido de fractura de las piedras.