Toluca, Méx.— En 2019 creció 71.37% el delito de extorsión en el estado, respecto a 2018; las cifras se concentran en la modalidad de llamadas telefónicas, que 80% se hacen desde cárceles de la capital del país y el resto se divide entre penales de esta entidad, Veracruz y Tamaulipas, dijo la Secretaria de Seguridad, Maribel Cervantes, en la sesión del Consejo de Seguridad mexiquense.

En un documento al que tuvo acceso EL UNIVERSAL y que la titular entregó a los alcaldes asistentes a la reunión, informó que con base en la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), durante el año pasado aumentó la comisión de 10 delitos de alto impacto en la entidad, siendo la extorsión el que más creció en relación con 2018.

La estadística que presentó Cervantes Guerrero incluye en el delito de extorsión las modalidades de vía telefónica, la directa, el cobro de derecho de piso y el secuestro virtual; además del fraude telefónico, cuando dicen que un familiar está grave y necesita una transferencia o que la persona ganó un sorteo.

“Extorsión en Edomex, de cárceles de CDMX”
“Extorsión en Edomex, de cárceles de CDMX”

En Toluca se atribuye la comisión de este delito a la “necesidad de recursos por parte de La Familia Michoacana para autofinanciar su disputa con el Cártel Jalisco Nueva Generación en el estado de Guerrero”, según el documento.

Detalla que para el caso de la zona oriente y otros municipios los centros penitenciarios estatales de donde provienen las llamadas de extorsión son los de Ecatepec, Valle de Chalco, Otumba, Santiaguito, Tenango, Nezahualcóyotl y Cuautitlán, donde los presos tienen suficiente información y la coordinación con personas en el exterior, lo que les facilita realizar las negociaciones y cobrar personalmente el dinero.

En entrevista, Cervantes Guerrero detalló que la estrategia con el gobierno de la Ciudad de México es conformar un registro de números y voces de números de donde se realizan extorsiones, que es menor en el caso de penales estatales porque cuentan con inhibidores de señal para bloquear las llamadas.

A la par, dijo, arrojó buenos resultados el trabajo de revisión de las cárceles de manera local; sin embargo, reconoció que son los familiares o personas cercanas quienes apoyan a los internos para cometer estos delitos; no sólo les llevan los celulares, sino la droga y el alcohol, y es a ellos a quienes los presos instruyen para que realicen el delito afuera.

“Los familiares son cómplices de las organizaciones a las que pertenecen, que son: La Familia Michoacana, Cártel de Jalisco Nueva Generación, La Unión Tepito o La Anti-Unión, no es que ellos sean la organización, sino que de acuerdo con las investigaciones y como está planteado en la carpeta de investigación [los presos] están vinculados con estas células”, agregó.

Dijo que compartieron con autoridades capitalinas, así como con la Fiscalía General de Justicia mexiquense, la lista de familiares, detalles sobre las organizaciones que participan en estos delitos y en qué centros penitenciarios, a fin de conformar el registro, por lo menos regional, de donde identificaron que salen las llamadas de extorsión.

De acuerdo con el documento que conformó la Secretaría de Seguridad de la entidad, en el sur del Estado de México la extorsión la ejercen células del crimen organizado, no sólo a comercios pequeños sino a empresas e industrias donde imponen la cifra con base en los productos que fabrican o venden las personas, incluso ponen precio a la cosecha, por número de árboles frutales y hasta por hectárea de siembra.

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