Naucalpan, Méx.— “Naucalpan no debe ser el tiradero de nadie”, aseguró la presidenta municipal Angélica Moya Marín, al señalar que quien tire basura y cascajo aquí debe pagar un impuesto por daño ecológico, entre ellos las autoridades de la Ciudad de México, las constructoras y los transportistas.
A Naucalpan llegan más residuos del exterior que los que producen los naucalpenses, señaló la alcaldesa en entrevista con EL UNIVERSAL.
Además de plantear la urgencia de eliminar más de 30 tiraderos de cascajo ilegales, afirmó que se debe regular y pagar por el daño ecológico que vive Naucalpan a causa de la llegada de basura de otros municipios y de la capital del país.
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El ayuntamiento quiere detener el ecocidio que está viviendo, “va por varias vías” y una de ellas es el pago de un impuesto ecológico, derecho o aportaciones para resarcir el daño por contaminar mantos acuíferos, tapar ríos y árboles con desperdicios.
Lo que vive hoy Naucalpan lo han vivido grandes ciudades como Nueva York, donde incluso llegaron a arrojar la basura al mar, hasta que impusieron un impuesto a quien contaminara, expuso Rafael Giménez-Valdés, asesor de la oficina de la presidencia municipal.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de México, todos los días llegan al relleno sanitario Pro-Faj Hidro Limpieza, ubicado en Tepatlaxco, 789 toneladas de basura de la Ciudad, sitio que también recibe desperdicios de municipios mexiquenses como Huixquilucan y Atizapán de Zaragoza, quienes pagan a la empresa, pero no por el daño ecológico que generan a Naucalpan, reiteró la edil.
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“Vamos a realizar operativos para contar con información fidedigna, junto con la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem) y la fiscalía mexiquense, para frenar el tiro de chapopote y cascajo, así como de residuos sólidos urbanos”, que de forma ilegal descargan en barrancas y ríos de Naucalpan, indicó Moya Marín.
También, añadió, para detectar el ingreso de camiones, frenar y detener a quienes están causando daño ecológico, ya sea con cascajo o con residuos, porque un relleno sanitario evidentemente debe tener la capacidad para procesar los desperdicios que recibe, pero hoy hay un desorden, señaló la alcaldesa de Naucalpan.