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Zumpango, Méx.- Los pilotos y la tripulación del avión tipo King Air 350 I, de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), que se encargan de esparcir los químicos para la estimulación de lluvia en la región del Cutzamala, donde existe un déficit de agua histórico en las presas, se enfrentan a un peligro constante para llevar a cabo esas maniobras.
“Los peligros que nos enfrentamos al realizar este tipo de operación es que contamos con presencia de nubosidad, esto significa volar bajo condiciones meteorológicas adversas todo el tiempo que en un vuelo normal de transporte, pues es lo que tratamos de evitar, en este caso es lo que vamos siguiendo, en este caso buscamos nubosidad que tenga desarrollo vertical, nubosidad digamos de buena presencia para que pueda tener éxito el sistema de aspersión, en este caso pues a lo que nos enfrentamos es el peligro por turbulencia de severa moderada a fuerte, esto representa sacudidas muy fuertes en el avión, también volamos bajo condiciones meteorológicas adversas”, contó Roberto Ocampo Portillo, capitán segundo de la FAM, copiloto de la aeronave.
En la zona sur del Estado de México la cual colinda con Michoacán, efectuaron el 29 de marzo el primer “bombardeo de nubes”, que es como se le conoce de manera coloquial a la labor que llevan a cabo para verter yoduro de plata con acetona a las nubes y provocar que llueva.
En la aeronave transportan dos tanques con 100 litros de esos componentes que conforman el sistema de aspersión, que debe ser rociado, aunque el riesgo es muy alto para ellos.
“Esto requiere de un entrenamiento de la tripulación para volar bajo estas condiciones, así como estar preparados para cualquier contingencia, emergencia que se pudiera presentar en vuelo y poder mitigar los efectos que representa volar en estas condiciones por esta pérdida de conciencia estacional de la aeronave y también saber a qué cierto tipo de nube no meternos por el tipo de la fuerza de la turbulencia que representa”, relató.
Además del piloto y copiloto, viajan en el avión otros dos miembros de la FAM que son especialistas en electrónica y mantenimiento, además de dos técnicos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), quienes son los encargados de operar los tanques con los químicos cuando se encuentran en la zona de nubosidad.
“Es un poco incómodo para la tripulación estar sometidos bajo el tiempo que dura el vuelo, que son 2 horas y media, aproximadamente, a estas sacudidas que genera la turbulencia de la nube. También se contempla lo que es el traslado al área del polígono donde se va a hacer la aspersión, esto se considera desde antes en la planeación del vuelo, se considera el tiempo de traslado, el ascenso, el tiempo en ruta y el descenso”, explicó.
Los pilotos de la FAM ya cuentan con experiencia en el bombardeo de nubes para provocar lluvias, pues lo han hecho desde el 2021 en varios estados de la República, como Nuevo León, Baja California, Sonora, Coahuila y Chihuahua, entre otros.
Hasta ahora sólo se ha efectuado esa maniobra una vez en la región del Cutzamala, pero se prevé que lo repitan la siguiente semana cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
La primera ocasión, después del rocío de yoduro de plata con acetona, llovió en el polígono seleccionado entre 6.3 a 13 milímetros.
El capitán segundo de la Fuerza Aérea y meteorólogo, Ricardo Jesús Torres Padilla, aclaró que los químicos que se utilizan no representan ningún riesgo para la población, por lo que no debe preocuparse por ningún motivo.
Los vuelos programados salen y aterrizan de la Base Aérea Militar de Santa Lucía. La efectividad del procedimiento 100 % mexicano tiene una efectividad del 95%, de acuerdo con los datos de la FAM.
“Generalmente no falla cada que se lleva a cabo la misión, principalmente por eso se hace una planeación antes, no es como que subimos a ver si encontramos una nube ya las bombardeamos, no, sino que se hace un estudio previo, se buscan las mejores condiciones, se busca que se encuentre una nubosidad por arriba del 60% para que con esto podamos asegurar una efectividad del 95 %”, dijo el copiloto Roberto Ocampo