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Tlalnepantla, Méx.— “Vivir aquí es el infierno”, tanto para los internos como para sus familiares que los visitan, “no se lo deseamos a nadie”, pues el hacinamiento es tal que tienes que pagar 500 pesos a la semana por un espacio en el piso para dormir en el suelo y si no tienes dinero, duermes colgado a los barrotes y con los pies hinchados como elefante.
Así lo relataron a EL UNIVERSAL internos y familiares que acuden cada ocho días a visitar a sus familiares y quienes invierten en promedio seis mil pesos al mes.
Al Centro de Preventivo y de Readaptación Social Juan Fernández Albarrán, conocido como Barrientos, cada semana familiares de los internos llevan comida en bolsas de plástico, chicharrón guisado, frijoles, pasta, arroz, galletas, leche, pan, palomitas y hasta galones con agua, “porque aquí no les dan de comer y si hay algo, es una porquería”.
“Adentro por todo cobran, por calentar la comida, por refrigerar la leche, por dormir en el piso, cinco pesos por ir al baño y si tienes diarrea pues ya te amolaste”, señaló Samuel, quien cada semana invierte mil 500 pesos en llevar comida a su hijo y dejarle para “el cantón”, es decir, para que pueda acostarse en el piso durante las noches.
“Si no pagas, tienes que dormir como gárgola, colgado a una cobija que pasas bajo tus brazos para atarla a los barrotes de la celda” o como capullo, para no dormir parado, “por eso muchos tienen pies de elefante, porque se les hinchan”, afirmó una pareja.
“Pero si tienes billete puedes pagar 5 mil pesos al mes por un camarote para dormir junto con otro interno sobre una plancha”, que es del tamaño de una cama individual, afirmó Lorenzo.
“Este es el hotel más caro del mundo y el más feo y corrupto”, afirmó Esperanza.