Con tan sólo 19 años, Paulina Quetzally García González representará este año a María, madre de Jesús de Nazaret, en la 180 representación de Semana Santa que iniciará este Domingo de Ramos.
En entrevista con EL UNIVERSAL, la joven relató que proviene de una familia devota y tradicional, y desde pequeña le llamó la atención la escenificación de la Semana Santa, por lo que este año, al ser mayor de edad, decidió competir por un papel muy significativo: la madre de Jesús.
A cinco días de iniciar la escenificación reveló que está nerviosa, pero a la vez ansiosa.
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“Es muy importante representar a una de las mujeres especiales en este mundo, me siento con mucho honor y espero ser una digna representante y dar a conocer esta tradición”, apuntó.
“Desde pequeña me llamó la atención el viacrucis, asistir con mi familia, me impulsaron a participar. Desde chiquita existía esa ilusión y ahora que soy mayor de edad y ya tomando conciencia de lo que significa la Semana Santa me animé a participar”.
Indicó que esta representación será especial por el retorno a la normalidad después de tres años de pandemia, pero además por los 300 años del Señor de la Cuevita en Iztapalapa.
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“Estoy preparándome física y espiritualmente. Físicamente al gimnasio; espiritualmente, asisto a misa, y mentalmente repasando el parlamento y aquí en los ensayos porque el comité nos ha ayudado muchísimo. Es muy emocionante, después de tres años de pandemia que regrese todo a la normalidad. Que vengan las personas, que asistan que esta tradición es de todos”, dijo
Paulina Quetzally García narró que su abuelo hace 15 años interpretó a un romano y un nazareno; sin embargo, es la primera vez que acudió a competir por un personaje, por lo que ser electa en un papel tan importante como la madre de Jesús la llena de “orgullo y felicidad”.
Otro de los motivos por los que invita a la gente a acudir a la Pasión de Cristo en Iztapalapa es porque el Jueves Santo saldrá de la iglesia el Señor de la Cuevita, en conmemoración de los 300 años, donde la fe de los iztapalapenses sigue intacta.
“El Señor de la Cuevita representa la fe de todo un pueblo y es sumamente importante. Él decidió quedarse aquí con nosotros y todos los milagros que nos concedió, por el tema de aquel entonces, la cólera. Además son ya 300 años desde que llegó aquí en Iztapalapa, es muy significativo, sobre todo, porque acaba de pasar la pandemia”, concluyó.