Tenango del Aire, Méx.—El pasado martes 26 de noviembre fue el último día en que sus compañeros vieron con vida a Eva, una enfermera de 47 años, quien trabajaba en el Hospital General de Chalco.
El miércoles se enteraron que a ella y a Guadalupe, su madre de 66 años, las hallaron muertas en el interior de la cisterna de su casa, en la que vivían solas. Los cuerpos fueron llevados al Servicio Médico Forense para determinar las causas de su muerte.
El 2 de diciembre, personal del hospital perteneciente al Instituto de Salud del Estado de México, se comunicó con sus familiares para preguntar por ella, pues desde el miércoles 27 de noviembre no se había presentado a laborar en su turno.
Al no tener noticias de madre e hija, sus familiares reportaron su desaparición ante la fiscalía mexiquense y también pidieron ayuda a Roberto Ávila, alcalde de Tenango del Aire, para que participara en la búsqueda.
Después de la denuncia, policías de investigación fueron a la casa donde vivían las dos mujeres, en la calle 5 de mayo, donde encontraron rastros de sangre en la sala del domicilio. También en el patio de la vivienda, cerca de la cisterna, observaron manchas, pero no la revisaron.