Fiel a su esencia de ser el Barrio Bravo, los habitantes y comerciantes de Tepito no le temen al Covid-19, por lo que ignoran los llamados de la policía y personal de las alcaldías Cuauhtémoc y Venustiano Carranza para que respeten la sana distancia, porten el cubrebocas y demás medidas sanitarias.
A este desafío se les unieron miles de personas que acuden a realizar sus compras de fin de año y algunos han comenzado a surtirse de juguetes por el Día de Reyes; es decir, no existe el semáforo rojo ni alguna otra medida contra el coronavirus.
De allí la queja de los comerciantes en vía pública del Centro Histórico, de que “a nosotros nos obligaron a encerrarnos en nuestras casas y evitar que vendamos, mientras que a los de Tepito les dan todas las facilidades. Tal parece que el Gobierno [capitalino] protege a la mafia, a los vendedores de droga y otras mercancías”, denunciaron dirigentes.
El pasado domingo realizaron su tradicional posada, donde prevalecieron las cervezas, alcohol y otras sustancias “extrañas”, amenizada por música en vivo del Pokifamosito, Óscar y su grupo de salsa y Gabriel So, mejor conocido como El Salsero.
Y aunque un día antes los organizadores anunciaron la cancelación del evento, porque así se los ordenaron las autoridades, algo raro ocurrió y horas después recularon y la megaposada se realizó como todos los años.
La festividad decembrina sigue y a los tepiteños no les importan los contagios, que los hospitales que estén saturados y, sobre todo, que continúen los fallecimientos por personas que, como ellos, no creyeron la gravedad del Covid-19. No hay poder humano o legal que los haga entrar en razón.