En Iztacalco, la calle Añil está transitada desde el Eje 3 Sur hasta Francisco del Paso y Troncoso. Apenas el 19 de diciembre de 2023 el Gobierno de la Ciudad de México la abrió a la circulación, luego de los trabajos realizados para retirar más de 37 mil toneladas de tierra contaminada con combustible, producto de las tomas clandestinas halladas en 2019.

Hoy, a pesar de la rehabilitación, la calle se ve con algunos baches, según constató en un recorrido.

La casa marcada con el número 364 sigue asegurada por la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Fiscalía General de República (FGR) y frente a este predio las operaciones de Pemex siguen marcando el día a día para los vecinos.

Dafne Castro es una vecina de la calle Añil, para quien “fue complicado” vivir con la toma y los trabajos realizados.

Tenían que mostrar identificación todos los días para que pudieran ingresar a sus casas, pues el área estaba resguardada por la Secretaría de Marina. Después “la calle estuvo parchada de manera general, porque no había paso, ni ningún tipo de acceso”.

Recordó que llegó un grupo de personas a ese lugar a rentar y colocaron un negocio de fragancias. Para los vecinos era común oler todo tipo de aromas que presuntamente generaban en ese local, sin percatarse de que se trataba de una banda de huachicoleros.

“Ubicábamos a las personas que estaban, sabíamos que rentaban ahí y, en teoría, era una fábrica de esencias. Había veces que olía mucho a esencia, como a los aromatizantes de carro, pero no se percibía olor a gasolina”, dijo y señaló que una vez que se halló la toma, Pemex reaccionó rápido para reparar los daños, pues el líquido se había derramado.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Noticias según tus intereses