Cuautitlán Izcalli, Méx.— En el interior de la casa prehispánica de Juan Diego, el obispo Guillermo Ortiz Mondragón, celebró dos misas sin la presencia de fieles, como parte del aniversario 489 de la aparición de la Virgen de Guadalupe en honor a Juan Bernardino, tío de Cuauhtlatoatzin, en este lugar que hoy es un santuario.
La emergencia sanitaria obligó a las autoridades eclesiásticas y de los ayuntamientos de Cuautitlán y Cuautitlán Izcalli a mantener a puerta cerrada el Santuario de Juan Diego, donde cada año llegaban el 12 de diciembre más de 15 mil peregrinos a visitar la casa prehispánica de Cuauhtlatoatzin.
Con custodia policial y portones cerrados, el santuario donde se registró la quinta aparición de la Virgen de Guadalupe en el año 1531 en El Cerrito, permaneció sin acceso al público, para desalentar el arribo de peregrinaciones y grandes grupos de files, para evitar contagios en momentos de repunte de caso de Covid-19.
A las 08:00 y a las 12:00 horas del día, el obispo de Cuautitlán, Guillermo Ortiz Mondragón, acudió al Santuario de Juan Diego y celebró misas sin fieles, justo desde el interior de lo que fue la casa prehispánica de Juan Diego, donde hace 489 años se registró la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Bernardino, tío de Cuauhtlatoatzin.
Las celebraciones fueron transmitidas de forma virtual por internet, en las páginas de la Diócesis de Cuautitlán.
“En toda mi vida nunca había visto cerrado el santuario, justo en la fiesta en que celebramos que aquí se registró la quinta aparición de nuestra madre la Virgen de Guadalupe”, afirmó Refugio, una mujer nonagenaria.
Desde la autopista México-Querétaro, en la calzada de Guadalupe, que conduce a El Cerrito, policías de Izcalli llevaron a cabo el “Operativo Guadalupano Cuautitlán 2020”, para desalentar la llegada de peregrinos.