Naucalpan, Méx.— En penumbras, en una plaza rodeada por anuncios espectaculares que contaminan visualmente su entorno, las Torres de Satélite han sido lienzo de grafiteros y hasta bote de basura, por lo que ciudadanos buscan sean revaloradas y protegidas como Patrimonio Artístico y Cultural de la Humanidad.
Creadas por Mathias Goeritz y Luis Barragán hace 67 años entre magueyeras y el paso de mulas cargadas de mercancías, y declaradas Monumento Artístico de la Nación, las torres quedaron inmersas en una de las vías más transitadas del país, y donde vecinos de Naucalpan, especialmente de Ciudad Satélite, lograron protegerlas del paso elevado del segundo piso de Periférico Norte.
Instauradas en 1957, las cinco torres que conforman esta enorme escultura urbana, que alcanzan alturas que van de los 31 a los 53 metros, destacan en el ir y venir de decenas de miles de autos y vehículos que ingresan y salen de la Ciudad de México, por el boulevard Manuel Ávila Camacho, que todos conocen hoy como Periférico Norte.
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Las Torres de Satélite han permanecido en penumbras por seis años, luego de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cortó el suministro de energía eléctrica para iluminar el conjunto escultórico por un adeudo de más de 5 millones de pesos, recordó Cuauhtémoc Rodríguez Gracia, titular de Fomento Cultural Torres de Satélite A.C.
Indicó que, de acuerdo con afirmaciones de la CFE, autoridades del Estado de México deben 3 millones de pesos y otros 2 millones el ayuntamiento de Naucalpan, “pero no hay contratos” que certifiquen la contratación del servicio, lo que ha estancado la solución a este problema.
Por ello se busca una mesa de diálogo entre autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la CFE, el gobierno del Estado de México y del ayuntamiento de Naucalpan para resolver el problema de la iluminación del conjunto escultórico que permanece en penumbras desde 2018, señaló Rodríguez Gracia.
Recordó que ya existe un proyecto que donó Gustavo Avilés, especialista en iluminación artística, para dar luz a las Torres de Satélite con luminarias donadas por la empresa Osram, con una inversión de cerca de 10 millones de pesos “donada y ganada” para esta escultura artística.
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La construcción del Viaducto Elevado Bicentenario o segundo piso de Periférico Norte, que va de Cuatro Caminos, en Naucalpan, hasta Cuautitlán Izcalli, a lo largo de 22 kilómetros, bajó su trazo sólo en Ciudad Satélite justo para respetar la escultura urbana de las Torres de Satélite, en una lucha vecinal que encabezaron colonos de Ciudad Satélite con Galo Blanco al frente y de La Florida, en torno al año 2008, lo cual documentó EL UNIVERSAL.
Por ello, los tres carriles de cuota del viaducto elevado bajan a nivel del piso antes de llegar a las Torres de Satélite, para no contaminar el entorno visual de la obra, que debiera estar preservado en al menos 500 metros a la redonda, sin embargo, en su entorno hay decenas de anuncios espectaculares.
Esta escultura monumental urbana, al reducirse el área de su explanada por la autopista de cuota, sufrió el golpe de un auto que se salió de los carriles de alta circulación de Periférico Norte y golpeó la torre azul, ubicada a un metro del paso de los vehículos; además no se ha librado de grafiteros que han pintado sus muros en distintas épocas y de cuya limpieza se han encargado expertos del INBAL, así como por el propio arquitecto Cuauhtémoc Rodríguez, quien en una labor meticulosa ha limpiado hasta con cepillos de dientes los grafitis.
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Las Torres de Satélite, inauguradas en marzo de 1958, han resistido sismos como el de 1957, 1985 y 2017 cuyas intensidades superaron los siete y ocho grados, no obstante permanecen intactas, sin una sola fisura o cuarteadura, señaló Cuauhtémoc Rodríguez Gracia.
“Me voy a morir yo, mis hijas, mis nietos y los hijos de mis nietos y las Torres de Satélite van a continuar porque tienen una cimentación de 30 metros de profundidad y fueron creadas como triángulos que es la figura más perfecta”, con concreto armado y cada muro con 28 centímetros de espesor es de carga, mencionó el arquitecto.
El decreto presidencial publicado el 21 de noviembre de 2012 en el Diario Oficial de la Federación en el que se declara al conjunto escultórico de las Torres de Satélite como Patrimonio Artístico, establece que son propiedad del gobierno del Estado de México, según se desprende de la escritura pública número 25 mil 340 otorgada ante la fe del Notario Público Número 38 del entonces Distrito Federal e inscrita en la Oficina Registral de Naucalpan-Huixquilucan.
No obstante, quien da mantenimiento esporádico a la escultura urbana han sido autoridades del ayuntamiento de Naucalpan, especialmente con trabajos de limpieza y jardinería; mientras que ciudadanos de La Florida y Ciudad Satélite, así como de la asociación civil Fomento Cultural Torres de Satélite, se han convertido en custodios de esta obra.
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Además de la energía que generan los triángulos, el arquitecto Rodríguez Gracia indicó que tras la filmación de la película La Montaña Sagrada, de Alejandro Jodorowsky (1972), en las Torres de Satélite, aún subsiste la idea de que uno de los siete dioses vivía en la torre roja, donde es usual que grupos de jóvenes ingresen al interior de su estructura a filosofar y a beber cervezas, toda vez que su puerta suele permanecer abierta, tal como lo constató EL UNIVERSAL en recorrido.
Además la torre blanca, la más alta, con 53 metros, ha sido elegida para el suicidio de un par de jóvenes, que en distintos momentos subieron a la escultura para lanzarse desde lo alto, por lo que en el sitio hay cruces en su memoria.
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Para que las Torres de Satélite sean declaradas Patrimonio Artístico y Cultural de la Humanidad deben tener un valor universal excepcional y ese requisito lo cumplen porque no hay una escultura urbana de estas dimensiones y características.
Las torres son únicas e irremplazables y tienen condiciones de integridad y autenticidad, que son requisitos para que obtengan dicha declaratoria, reiteró Cuauhtémoc Rodríguez Gracia.
Explicó que representan una obra maestra del genio creativo humano. Son una muestra de intercambio de valores en un lapso de tiempo, porque son el primer ejemplo de arte minimalista monumental en el mundo y de la arquitectura emocional.
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Quien camina en medio de la escultura monumental queda encapsulado en un juego de luces y sombras que genera la luz del Sol, donde la superficie de las torres cambia de color de acuerdo al movimiento solar, generando que el espectador se sienta pequeño ante la grandeza del universo, explicó el custodio de las Torres de Satélite.
Para promover esta declaratoria se busca una reunión con autoridades del INBAL, específicamente de Patrimonio Cultural y Artístico, pues son quienes tienen la custodia legal del monumento, agregó el arquitecto.