El tanque de gasolina del taxi que conduce Moisés Flores alcanzó la mitad, después de dejar un pasaje cerca de la Central de Abastos encontró una gasolinera en donde tuvo que hacer fila por más de una hora “pero valió la pena, me vendieron 200 pesos de gas”.
En 23 años de recorrer la Ciudad de México como conductor de taxi dice que es la primera vez que sufrió por desabasto de combustible. “ Nunca me había pasado y eso que llevo más de veinte años atrás del volante ”, menciona mientras conduce su auto por la avenida Manuel González sin dirección fija, “sólo quiero una gasolinera en donde pueda llenar el tanque”.
En la primera “no hay servicio”, lo escucha de un empleado de una gasolinera ubicada en Eulalia Guzmán, rumbo a Circuito Interior. En el expendio de Pemex los trabajadores hacen señas a los conductores de que no hay combustible.
“¡Uy!, mejor se ponen a pintar y a lavar los lugares porque no hay nada que vender”, expresa Moisés Flores al tiempo que enciende el motor para seguir su búsqueda.
En la Nueva Santa María, en la calle Plan de San Luis , esquina con avenida Cuitláhuac tampoco hay servicio.
A las 09:50 horas se informa a los autos que hacían fila que el hidrocarburo se terminó.
“No hay servicio, se acabó la gasolina” grita uno de los trabajadores y Moisés busca un retorno para regresar a avenida Camarones “porque ahí hay una gasolinera muy grande”.
Parece que sobre una “gas” en Mariano Escobedo habrá suerte, hay automóviles en espera, “ay no, parece que solo están cargando diésel”, una empleada lo confirma, “sí jefe, desde ayer no hay ni Premium ni Magna , puro diésel”.
Como hay mucho tráfico en Mariano Escobedo el taxista sale por el Casco de Santo Tomás y luego se incorpora a Marina Nacional, una fila de más de veinte carros lo hacen mantener con esperanza de llenar su tanque.
“La fila es para cargar”, pregunta y le responden que sí, que en la gasolinera ubicada en esa avenida esquina con Laguna de San Cristóbal “tenemos de todo”.
Después de ocupar un carril de esa avenida por más de veinte minutos llegó el turno de “Don Moi” para llenar su tanque. “Me faltaban 30 litros, espero que con esto me alcance para terminar el día”.
Moisés Flores se alarma ante la falta de combustible, “sin gas no camino y si no trabajo de que le voy a dar de comer a mi familia, ahorita cargué y traigo el tanque lleno, pero no he hecho nada de la cuenta y el jefe me pide 300 por día, de que se sacan se sacan, pero ahorita ya perdí casi la mitad de mi jornada en cargar gas”.
El taxista sube a su vehículo y pone el plástico que indica que está “libre” y listo para dar servicio.
lsm