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Jilotzingo, Méx.— Con flores y globos blancos llegaron familiares y amigos de Eithan Yerick Guerrero Cortés, Didier Cruz Cortés y Karina Nayeli Cortés Fernández, una familia que quedó sepultada en la zona cero del deslave ocurrido el viernes pasado en San Luis Ayucan, para la misa de cuerpos presentes que se ofició para darles el último adiós.
“¡Concédeles la paz y la esperanza!”, oraba el padre en un salón de eventos sociales que fue prestado por un vecino de la comunidad, a fin de que se realizara la misa, en la que se congregaron más de 100 personas, quienes entre llantos despedían a la mujer de 35 años y sus hijos de seis y 16 años, quienes fallecieron a consecuencia del deslave y cuyos cuerpos fueron encontrados por rescatistas.
Por las ventanas abiertas del salón se sentía correr el aire, el cual no pudo apagar las veladoras que los seres queridos de la familia colocaron alrededor de los tres ataúdes de color blanco. En tanto, el sacerdote puntualizaba que más que nunca el pueblo de Jilotzingo y de San Luis Ayucan deben permanecer unidos, no perder la esperanza y la paz tras el derrumbe en el cerro La Peña.
A Didi, como conocían sus excompañeros de secundaria al adolescente de 16 años que perdió la vida por la caída del talud y cuyo cuerpo fue hallado junto al de su hermano y su madre, lo despidieron entre aplausos y antes de partir al panteón, entonaron una porra. Posterior a la misa, donde les rindieron homenaje, los asistentes comieron y platicaron anécdotas de Karina y sus hijos.
El pueblo de San Luis Ayucan fue convocado para acompañar a la familia en la misa; caminaron alrededor de 3 kilómetros hasta llegar al panteón del ejido de San Luis Ayucan, recorriendo la carretera en la que se encontraron con movimiento de maquinaria en zonas en las que, hasta el pasado viernes, había casas.
En la procesión de la caravana fúnebre también se toparon con ramas de árboles, cables de luz y señalamientos viales caídos, así como con un asfalto enlodado por tramos y oficiales de seguridad pública abanderando a bordo de una patrulla tipo pick up.
Después, al llegar y subir hacia el panteón ejidal, se encontraron con una parte del camino fangoso, situación que no detuvo a nadie, ni a los que iban a pie, mismos que seguían cargando con las flores y los globos.
En tanto bajaban los tres féretros, que quedaron en un mismo espacio, los asistentes elevaron plegarias y se mantuvieron firmes aun cuando el sol comenzaba a pegar con mayor intensidad. Algunos aventaron arreglos florales hacia la tumba donde descansan ya Yerik, Ididier y Karina.
Ayer también fue encontrado el cuerpo de Fabián Urbina Medina, un hombre de 49 años de edad que desapareció cuando se encontraba en la zona de Las Manzanas, el viernes pasado. El cadáver se encontró en la zona de caballerizas; la corriente lo arrastró hasta el sitio donde militares hacían labores de limpieza. Con información de Emilio Fernández