Zinacantepec, Méx.— La presencia de cascajo, pasto y basura es una estampa que se repite a lo largo de los 40 kilómetros que comprende la infraestructura del Tren México-Toluca desde su estación en Zinacantepec, donde se ubica la terminal, hasta Ocoyoacac, pasando por La Marquesa. No es una obra abandonada, pese a que desde 2019 concluyó al 100% en la parte del territorio mexiquense. En su trayecto hay personal barriendo o haciendo pruebas. Lo que alguna vez parecía por completo olvidado, hoy se ve con algo de vida.
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Ya sin lonas demandando pago justo por el uso de las tierras y sin litigios por los predios utilizados para esta obra, que prevé 57.87 kilómetros en total hasta Observatorio, se contempla polvosa, pero no propiamente por lo que al tren corresponde, sino porque en las inmediaciones las obras de la Junta Local de Caminos sobre la vialidad Las Torres la mantienen colapsada.
En la terminal donde se resguardan los trenes, que, como se sabe, van a transportar en aproximadamente 90 minutos a 230 mil pasajeros desde Observatorio hasta Zinacantepec, en algunos puntos hay graffitis, sobre todo acumulación de cascajo y basura. No es una zona sin presencia de trabajadores, pero de acuerdo con los vecinos aledaños a tan sólo unos metros la descarga de desechos por parte del municipio o recolectores privados es permanente.
Sigue el camino y parece que en 13 kilómetros, desde Zinacantepec hasta Metepec, lo que más caracteriza el recorrido es la maleza crecida y algunas zanjas donde aparentemente atraviesa el agua anegada de lluvia, que despide un olor fétido, además de algunos ratones muertos y grupos de perros callejeros que, de acuerdo con locatarios de la zona, toman la estructura como un sitio seguro para evitar el sol.
Son varias hectáreas de tierra donde no hay nada cerca de Pino Suárez. En la estación de Metepec y Toluca hay una cancha deportiva y una estación de la Secretaría de Seguridad; además, un estacionamiento donde justo se lee un letrero que dice: “Prohibido estacionarse, zona federal”. En el lugar sólo hay dos o tres autos de gente que acudió a un establecimiento de pollo y un vehículo claramente abandonado. Donde antes hubo una caseta de cobro se ven banderas publicitarias anunciando a la gente que hay espacio para estacionarse.
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De acuerdo con las autoridades federales, el tren comenzará a operar a finales de 2023, aunque se ve personal dando mantenimiento a las escaleras eléctricas y los ventanales en las cuatro estaciones, que se ubican en Zinacantepec, Toluca, Metepec y Lerma, pues según las autoridades la capacidad máxima será de 230 mil pasajeros al día en una frecuencia de cuatro a seis minutos y con una ocupación por tren de mil 44 pasajeros, de los que 560 viajarán sentados y 484 de pie. Desde Lerma hacia Ocoyoacac, las condiciones son distintas, pues al ser la carretera México-Toluca la mayor parte del tramo es elevado; en en la zona del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, en el kilómetro 36.5 de la carretera, está completamente concluido. En la zona hay empleados que revisan detalles en las vías y es el único punto donde hay elementos de la Guardia Nacional.
Del kilómetro 34 al 41 de la México-Toluca, la obra que conecta con Cuajimalpa está por completo terminada y destaca entre los bosques de la zona, donde se ubican las cabañas de La Marquesa.