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En 2017, la Casa de Moneda de México sufrió un robo por 4 millones 878 mil pesos, a través de supuestas operaciones fraudulentas con tarjetas bancarias.

La denuncia fue interpuesta ante la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), entre el 21 de abril y 18 de mayo de ese año, contra Banorte, al argumentar que el banco había sido omiso en abonar el monto de las ventas realizadas por dicha cantidad.

De acuerdo con lo declarado, se trató de 80 operaciones reclamadas y que fueron realizadas en dos centros de distribución de Casa de Moneda, mediante terminales punto de venta contratadas con Banorte.

En el detalle, las operaciones se realizaron en Pabellón Altavista, con 25 transacciones, y en la sucursal Reforma, con 55 operaciones; 64 se realizaron mediante tarjeta de débito de Scotiabank; 15, con CitiBanamex y una, con Santander. Además, 61 fueron con firmas electrónicas y 19, con autógrafas.

Por su parte, Banorte declaró que eran improcedentes las reclamaciones, bajo el argumento de que “las operaciones fueron reversadas por un usuario válido, utilizando claves de acceso, las cuales son de uso confidencial de la parte reclamante”.

Entre las irregularidades que se encontraron en este caso está que las tarjetas de débito mostraban la misma vigencia, con la fecha 3 de marzo de 2022.

Además había varias inconsistencias en las identificaciones de los titulares de los plásticos. Por ejemplo, se detectó que uno de los tarjetahabientes que realizó algunas de las supuestas operaciones fraudulentas, bajo el nombre de Roberto Carlos Gómez Gómez, se presentó con la misma tarjeta de débito, de Scotiabank, con dos identificaciones distintas y también con firmas diferentes.

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