Las empresas que integran el consorcio constructor de la Línea 12 del Metro, que va de Mixcoac a Tláhuac y se inauguró el 30 de octubre de 2012 —integrado por Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Alstom México y Carso Infraestructura y Construcción—, son “conjunto y solidariamente responsables” ante el gobierno capitalino de cualquier responsabilidad que derive del contrato suscrito el 17 de junio de 2008.
De acuerdo con el documento, del cual EL UNIVERSAL posee una copia, se establece en la cláusula 24 que, si bien hay un representante en común de las firmas y que lidera el proyecto —en este caso ICA—, las tres serían “responsables” de lo que derive diche contrato independientemente de la participación de cada una en la ejecución de los trabajos “por lo que renuncian expresamente al beneficio de orden y excusión que pudieran ejercer”.
A raíz del colapso de una trabe en el tramo elevado de la Línea 12, entre las estaciones Tezonco y Olivos, y que provocó la caída de un convoy, así como la muerte, hasta las 19:00 horas, de 24 usuarios, Grupo Carso pidió esperar el peritaje para ver qué ocasionó el incidente, mientras que Alstom precisó que sólo se encargó de la obra electromecánica.
En el documento, firmado bajo la gestión de Marcelo Ebrard Casaubón en el gobierno capitalino, se establece que la obra a realizarse comprendía desde estudios, anteproyectos, construcción, instalaciones fijas, pruebas, marchas en vacío, puesta en servicio, así como capacitación y requirimientos del organismo operador, es decir, del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, en ese entonces encabezado por Francisco Bojórquez.
El consorcio se dividió las obras y los tramos. Por ejemplo, Alstom es una firma especializada en la obra electromecánica. mientras que ICA y Carso estuvieron en la obra civil.
La primera lideró los trabajos en el tramo subterráneo y la segunda lo hizo en el tramo elevado. El monto original del contrato —que tuvo al menos cuatro convenios modificatorios, sobre todo en el tema de la fecha, la cual por fin quedó para el 30 de octubre de 2012— fue de 17 mil 583 millones 500 mil pesos ya con IVA.
Sin embargo, las empresas reclamaron obras adicionales, por poco más de 4 mil millones de pesos, que no quiso reconocer el gobierno capitalino. Ello derivo en litigios legales donde el consorcio debió pagar al gobierno mil 700 millones por no entregar obras a tiempo, y las autoridades capitalinas debieron entregar a las empresas mil 600 millones por no finiquitar trabajos hechos, pero no reconocidos.
A casi nueve años de que la Línea Dorada empezara a operar, en marzo de 2014, por problemas de compatibilidad entre trenes y vías, el gobierno de Miguel Ángel Mancera decidió suspender el servicio en 11 de 20 estaciones, a fin de garantizar la seguridad de los pasajeros. Duró 20 meses cerrada.