“Ellos nunca se van, viven en nosotros y venimos porque es bueno visitarlos”, aseguró Esperanza Ballesteros, quien acudió con un ramo de flores a la tumba de su mamá, en el Panteón Civil de Dolores, el más grande de la Ciudad de México.
Las veladores fueron parte de lo que llevaron los capitalinos para recordar, entre tristeza y añoranza, a aquellos familiares que reposan en ese cementerio.
Ubicado en avenida Constituyentes, en la alcaldía Miguel Hidalgo, también este 1 de noviembre se observó la otra parte, aquellos aposentos que permanecen en el olvido y que abonan al silencio que se percibe cuando caminas por los pasillos.
“Vinimos un rato, es recordarlos y no olvidar a quien fue familia”, señaló Tomás Sánchez, quien visitó a su tía que yace ahí desde hace 30 años.
“Hay que inculcarle a las nuevas generaciones que no se olviden de los muertos; aunque sea una flor, agua limpia, una barrida para que no se vea descuidada. Ellos ya no están pero descansan aquí y hay que ser respetuosos”, expresó Tania Gómez.
No faltaron los familiares que llevaron su bocina para poner las mejores rolas que eran del gusto de su difunto, otros optaron por la banda o el mariachi, incluso quienes en familia organizan comida para degustar en compañía de quien no está físicamente, pero se recuerda con cariño.
En el Estado de México también el amor y respeto a los muertos se hizo presente.
Con flores de cempasúchil y arreglos florales que les gustaban a sus difuntos, es como decenas de familias caminaron por el Sendero de la Esperanza del Panteón Municipal del barrio San Martín, en Tultepec, postrándose frente a las tumbas de los niños y niñas que se adelantaron en el camino.
La tradición del Día de Muertos marca que el 1 de noviembre es día de visitar en los cementerios a los fieles difuntos, niñas o niños, como el caso de Ana Millán, quien llegó para honrar la memoria de su hijo. Se sentó al pie de la tumba y con cigarro en mano, una cubeta negra frente a ella y tijeras para cortar pasto, contó que su bebé Donovan falleció a los tres meses de nacido en 2023.
Santos Marín y Claudia Lara acudieron al panteón municipal de Xico-Valle de Chalco. Desde temprano, la pareja llegó para limpiar y adornar el espacio en donde descansa un hijo que perdieron y a quien visitan desde 1991. “Venimos como cada año a visitar al niño, no se puede ni diario, ni cada semana, pero hoy es su día de visita”, mencionó Santos.