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Monterrey, NL.— Ana comenta que a pesar de la tristeza de la familia por la muerte de su hermana Abril Cecilia, asesinada hace seis días en la Ciudad de México, se ha sentido muy apoyada por la comunidad, la cual se sumó a la exigencia de justicia y cuestionamiento a la actuación de los jueces.
“Abril era una persona sumamente creyente de Dios, creía en el matrimonio para toda la vida, por eso luchó por 24 años hasta que, tristemente, por querer formar una familia y mantenerla unida, terminó en esto”, dice mientras marcha, junto con familiares y amigos, por segundo día consecutivo.
Recuerda que su hermana era muy inteligente, pues egresó de la escuela con mención honorífica y tenía una maestría con especialidad en Recursos Humanos. Relata que abandonó su carrera profesional para convertirse en ama de casa y formar una familia.
Sin embargo, dice, a raíz de la agresión de enero pasado a manos de su entonces esposo y que estuvo a punto de costarle la vida, promovió el divorcio y encontró rápidamente un trabajo.
Quería rehacer su vida con sus hijos y rentó un departamento.
“A raíz de lo que le ocurrió a mi hermana he tenido la oportunidad de conocer a muchas mujeres del mismo estrato social que Abril y que sufren lo mismo, porque los hombres creen que por tener dinero y poder pueden contra ellas, y podrán contra una, pero no van a poder contra todas nosotras”, afirma.
Ahora, la familia alista la creación de la fundación La voz de Abril, para apoyar de manera jurídica y sicológica, a más mujeres que sufran casos de violencia.
Los tres hijos de Abril, una joven de 18 años y dos hombres de 16 y 14, revela Ana, están devastados y muy tristes. Su papá no los ha buscado, dice.
Ella tiene la custodia temporal y es madrina de dos de sus tres sobrinos. Confía en que le den la custodia definitiva, pues los jóvenes prefieren estar con ella y con su abuela materna, sobre todo porque están enterados de cómo sucedieron los hechos de la agresión en enero, pues el adolescente que ahora tiene 16 años fue quien impidió que su padre le quitara la vida a su mamá.
En la marcha, la madre de Abril Cecilia, María del Socorro, de 73 años, recorrió los 2 kilómetros con todo y la molestia de sus piernas. Junto a su bastón, cargó entre sus brazos la fotografía de su hija.