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Para Guillermo Augusto Hernández, abordar el transporte público no es una experiencia como la de cualquier capitalino ya que antes de que la unidad llegue a la parada, él ya tiene claro cada característica del transporte como el modelo, año, la empresa creadora y también, tiene lista su cámara para tomar una fotografía del mismo, y que después usará como referencia para crear modelos a escala con piezas de LEGO.
Guillermo forma parte de una comunidad de jóvenes aficionados y seguidores del transporte público de la Ciudad de México, prácticamente desconocida, pero que entre sus filas cuentan con conocimientos y pasión por los medios de transporte.
“Para mí y mis compañeros, el transporte público es una maravilla. A nosotros nos encanta saber todo lo que podamos sobre la historia, el funcionamiento y las características del transporte que luego usamos para nuestro trabajo”.
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Guillermo, que es estudiante de ingeniería civil, recuerda que su fijación por el transporte comenzó desde pequeño cuando acompañaba a su madre en largos trayectos por la Ciudad en Metro, Metrobús y en micro y así fue poco a poco aprendiendo los modelos, las rutas y preguntando a los mismos operadores sobre su oficio.
“Muchos años después, estaba en un centro comercial y vi un set de LEGO de un autobús y pensé, ‘¿cómo sería un RTP de la Ciudad de México hecho de LEGO?’”
Actualmente, aprovecha sus ratos libres para aplicar este conocimiento que ha acumulado a lo largo de los años para crear una basta colección de unidades hechas con estos bloques de juguete. Entre los más de 200 ejemplares que tiene ha construido cada tipo de transporte que circula en la Ciudad como microbuses, trenes del metro, góndolas del Cablebús e incluso, una réplica a escala del Tren Maya y el nuevo Tren Interurbano.
“Ya que me empezó a interesar este tema descubrí que hay muchos chavos que también disfrutan mucho del transporte y poco a poco me fui metiendo en la comunidad (...) a veces nos juntamos para convivir, compartimos ideas, nos organizamos para ir a diferentes estaciones o líneas a ver las unidades y como muchos somos estudiantes de ingeniería puedo aprender mucho de ellos”.
La dedicación de estos jóvenes no termina en la simple admiración del transporte, ya que cada uno utiliza sus talentos para llevar a esta afición al siguiente nivel; utilizando sus habilidades para la fotografía, la edición, la pintura e incluso la confección para crear piezas variadas como maquetas, postales, esculturas e incluso peluches con temática de todas la formas de transporte de la Ciudad de México.
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Otro de estos miembros de la comunidad es Carlos Pineda, quien no sólo ha visto en esta afición una forma de expresión artística, también a encontrado un negocio en ello ya que aprovechando sus habilidades para la fotografía y el diseño gráfico crea postales, posters o cuadros para después venderlos a los usuarios o incluso los mismo operadores de las unidades que se los piden por encargo.
“Empecé a tomar fotos de las unidades desde hace varios años y luego las editaba para mi propia colección, pero después los operadores se interesaron en mi trabajo y se los empecé a vender. Ahora ya me conocen muchos y van pasando la voz a sus compañeros que me piden trabajos de sus unidades”.
Carlos anotó que a lo largo de los años en los que ha convivido con los usuarios y operadores de las unidades que retrata, varios le han comentado en repetidas ocasiones que él y sus compañeros saben más del transporte qué los mismos trabajadores, que son la principal clientela de estos jóvenes.
“La verdad es que esto nos ha abierto varias puertas a mi y a mis amigos que nos gusta el tema. Yo empecé solo vendiendo mis fotos a los operadores, pero ahora ya he logrado incluso trabajar con empresas de transporte concesionado con diseños e ilustraciones”.
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Carlos comentó que él y sus compañeros constantemente asisten a eventos de transporte para acercarse a las empresas y así han conseguido varias oportunidades de trabajo, además de acudir a los eventos y conferencias de la Secretaría de Movilidad y otras instituciones capitalinas con la intención de ser visibilizados.
“En varios eventos hemos tenido la oportunidad de conocer a los funcionarios del transporte de la ciudad como a Andrés Lajous, al ingeniero Guillermo Calderón o incluso a la doctora Sheinbaum (...) la verdad es que el sueño de muchos sería poder colaborar algún día con las instituciones con nuestros trabajos”.
Para Carlos y varios de sus compañeros, su mayor sueño sería poder trabajar de manera profesional y crear un negocio y sustento de vida de su arte por medio de colaboraciones con marcas e instituciones de gobierno o vendiendo su trabajo a usuarios y operadores de manera masiva.
Sin embargo, tanto Carlos como Guillermo explicaron que más allá del dinero, la intención genuina de esta comunidad es crear un espacio donde ellos puedan desarrollar sus talentos, generar ideas y compartir su gusto por el transporte público entre amigos.
“Sí algunas personas me han dicho que es un poco raro que nos guste el transporte, como que muchos no entienden que nos guste esto pero es muy padre estar con gente que sí te entiende y que comparte este gusto (...) entre nosotros nos entendemos y sabemos por qué nos gusta tanto lo que hacemos” agregó Carlos Pineda.
